Es público y notorio que al presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, no le gusta ver lo que está pasando en el mercado de divisas este año con el euro. A tenor de las últimas declaraciones del romano, uno de sus principales quebraderos de cabeza es la fortaleza de una moneda comunitaria que se revaloriza frente a sus principales pares, entre ellos el dólar, por el que ya se ha llegado a intercambiar por 1 a 1,20, máximos no vistos desde diciembre de 2014.
Lógicamente, esta circunstancia juega en contra de las exportadoras europeas, que ven cómo al repatriar sus ganancias éstas menguan considerablemente. "Los repuntes en la cotización de las divisas afectan negativamente a la competitividad exterior de los paises", afirma Álvaro Manteca González, responsable de estrategias de inversión de banca privada de BBVA. De hecho, el EuroStoxx 50 ya se ha dejado cerca de un 7% desde los máximos de mayo. Por entonces, el euro se intercambiaba por 1,10 dólares y desde ese nivel se ha apreciado un 8,3% hasta ahora.