Si ya el mercado estaba reclamando que hubiera una consolidación en el sector de las telecomunicaciones español, tras la expansión por parte de Euskaltel (a través de Virgin Telco) por el resto del territorio nacional, se ha exacerbado esta necesidad.
Al igual que estamos viendo en la industria bancaria, el exceso de competencia entre los principales actores del sector está produciendo que estas compañías tengan que ajustar cada vez más sus precios para seguir compitiendo por su parte del pastel. Además, las inversiones que tienen que realizar para mantenerse son importantes, así como los gastos de retención y fidelización de sus respectivos clientes.