Los alcistas se habían quedado sin argumentos para lanzar el ataque a las resistencias, después de las decepciones del dato de paro del viernes y de la reunión de la Fed del martes, que no anunció medidas tan contundentes como esperaba el mercado. Y sin esos argumentos, ayer fallaron en los niveles críticos y dieron paso a fuertes caídas.
Se temía. Joan Cabrero, analista de Bolságora, anunciaba a media sesión que era vital que el Dow Jones cerrara la sesión mantiendo los 10.500 puntos y el S&P 500, los 1102. No pudo ser. Los bajistas han despertado del letargo en el que estaba sumidos desde que el 8 de junio se iniciara el rally alcista. Un rally que tiene todas las papeletas para poner el punto y final.