El último escándalo del comisario alemán Oettinger expone al Ejecutivo comunitario
- La CE aprueba un proyecto nuclear financiado por una firma rusa
Jorge Valero
A la Comisión Europea le cuesta cada vez más defender al comisario alemán Günter Oettinger. Su último escándalo ha sido la confirmación del viaje que realizó el pasado mayo a Budapest en el avión privado de Klaus Mangold, un consultor contratado por el Gobierno húngaro con fuertes lazos con Moscú. Mangold es cónsul honorario de Rusia en Baden-Wurtemberg, la región que precisamente presidió Oettinger antes de llegar a la Comisión.
Pero la nueva polémica no se trata tan solo de un patinazo de Oettinger, al aceptar viajar con un lobista en unas condiciones que difícilmente superan las reglas de transparencia de la Comisión. El encuentro se produjo además justo cuando el Ejecutivo comunitario estaba en el proceso de finalizar su investigación sobre la construcción de dos reactores en la planta nuclear de Paks (Hungría) por parte de la firma rusa Rosatom.
La Comisión abrió el expediente en noviembre de 2015, al señalar que Hungría no cumplió con las reglas de contratos públicos, al no abrir el proceso de manera transparente a otras compañías. El Gobierno de Viktor Orban entregó el proyecto directamente a Rosatom, que financió con unos 10.000 millones de euros el proyecto con un coste estimado de 12.500 millones de euros.
Aunque la información sobre el viaje se publicó por primera vez en junio en la web húngara 444, el escándalo ha vuelto a surgir en los últimos días tras confirmarse la noticia, y tras los comentarios racistas y burlones sobre los gays que realizó Oettinger ante un grupo de empresarios alemanes el pasado mes.
"No es una reunión"
En los últimos días, el Ejecutivo comunitario ha argumentado que Oettinger viajó a Budapest invitado por el Gobierno húngaro para dar una conferencia sobre Agenda Digital, su cartera. El Ejecutivo húngaro ha ofrecido cobertura adicional explicando que ellos pagaron el viaje, y no existía posibilidad de reservar un vuelo comercial por cuestiones de agenda. Pero el alemán también acudió a Budapest para reunirse con Orban, la 'bestia negra' del reparto de refugiados impulsado por Berlin y Bruselas.
Estirando el diccionario, los portavoces comunitarios han llegado a decir que viajar en un avión privado de un lobista durante un par de horas no supone una reunión. Sin embargo, Bruselas ha guardado silencio al ser preguntada por un cambio de agenda para haber evitado el contacto de un mediador de los intereses de Budapest y Moscú en un momento tan sensible.
Las sospechas para algunos se confirmaron el pasado jueves cuando la Comisión decidió dar carpetazo a la investigación del proyecto Paks II. La institución señaló que el Gobierno húngaro probó suficientemente que se puede acoger a la cláusula de "exclusividad técnica".
Según esta excepción, un proyecto se puede adjudicar 'a dedo' cuando los requerimientos técnicos y de seguridad pueden ser ofrecidos tan solo por una compañía.
Los críticos argumentan que el pliego exigido por Budapest se diseñó para que sólo lo cumpliera la firma rusa, dado que también era la que ofrecía el dinero para construir la planta.
Más aún, el eurodiputado verde húngaro Benedek Javor, quien ha liderado la presión desde el Parlamento Europeo al polémico proyecto, explicó a elEcononomista que tiene "dudas serias que sea cierto" que se cumpla la cláusula de exclusividad técnica. Explica que el Gobierno húngaro ya ha solicitado a Rosatom cambios sustanciales al modelo base de los reactores después de firmar el contrato, ya que no cumplen con los requerimientos regulatorios nacionales.
La falta de transparencia en torno a todo el caso resulta más llamativa porque Oettinger es el candidato a ocupar la cartera de Presupuestos, que actualmente ocupa la búlgara Kristalina Georgieva, quien en enero partirá al Banco Mundial. Como parte de sus nuevas competencias, el alemán también estará al cargo de velar por el cumplimiento interno de las reglas de transparencia, e incluso podría quedarse con la vicepresidencia actual que ocupa Georgieva.
Numerosos interrogantes
Escollo importante para Oettinger, y oportunidad para aclarar numerosos interrogantes, será su paso por el Parlamento Europeo, como parte del procedimiento que todo candidato tiene superar antes de asumir una cartera o nuevas competencias. Pero el comisario de la CDU, el partido de Angela Merkel, ha recibido ayuda extra de su compatriota, el presidente de la Eurocámara Martin Schulz, para facilitarle el proceso.
Según indicaron varias fuentes a elEconomista, el socialista propuso el pasado jueves durante la conferencia de presidentes de los grupos, el máximo órgano político de la Eurocámara, rebajar la audiencia que debe superar Oettinger a un intercambio de puntos de vista sobre su nueva cartera. El objetivo es aislar el procedimiento de los escándalos.
Como reconocen fuentes parlamentarias, no es buen momento para que Schulz cargue contra Oettinger, dado que el socialista busca mantener el favor de Merkel para mantener todas sus opciones políticas abiertas, ya sean en Bruselas con un tercer mandato al frente de la Eurocámara, o en Berlín como ministro de Exteriores una vez parta Frank-Walter Steinmeier.
En lo que coinciden en señalar a este diario desde todos los grupos, incluidas personas de la propia familia política de Oettinger, es que al enviado de Merkel en Bruselas se le está protegiendo por ser alemán. Y será a Berlín donde también lleguen los efectos positivos del cierre de la investigación.