El colapso de un indicador que no caía desde hace 90 años hace saltar las alarmas en la economía de EEUU
- La Reserva Federal solo ofrece datos del agregado monetario M2 hasta 1960
- Se cree que la última vez que el M2 se redujo de forma interanual fue en la Gran Depresión
- La caída del M2 suele ser consecuente con una caída de la inflación y la economía
Vicente Nieves
Pasar de cero a cien, y de cien a menos diez. Esta es la forma más sencilla y esquemática de explicar lo que está ocurriendo con la oferta monetaria en EEUU. Unos movimientos drásticos que tendrán su impacto en la economía real y, quizá, en los mercados. Con la crisis del covid, la Reserva Federal y el Gobierno de EEUU pusieron en marcha políticas expansivas (monetarias y fiscales) sin precedentes en la historia. La Fed disparó la base monetaria y el Gobierno, a través del gasto público, impulsó el resto de agregados monetarios. Esto tuvo su reflejo en el gasto agregado de la economía y, finalmente, en la inflación (la demanda creció más deprisa que la oferta). Ahora, tras el desastre inflacionario, la Fed está desmantelando todo su arsenal monetario, mientras que el Gobierno ha rebajado el tono expansivo de sus políticas. El resultado es que el agregado monetario M2 ha caído por primera vez desde la Gran Depresión en EEUU, lo que puede ser la antesala de una recesión (algo negativo), pero también del principio del fin de la alta inflación (algo positivo).
Para comprender un poco mejor lo que está sucediendo conviene definir qué son los agregados monetarios. Estos indicadores intentan medir la cantidad de dinero que hay en circulación según sus diferentes niveles de liquidez, yendo de más 'estrecho' a más 'amplio' (incluye hasta las acciones que cotizan en bolsa).
Por ejemplo, el M0 o base monetaria es equivalente a los billetes y monedas en circulación, y las reservas bancarias (la liquidez que guardan los bancos comerciales en el banco central). Es típicamente el agregado de menor cuantía, es decir, el más 'estrecho', y también aquel sobre el que el banco central tiene un mayor control. Después está el M1, que incluye el M0 más los depósitos a la vista y algunos cheques. Mientras que el M2 incluye el M1 más depósitos de ahorro (incluidas las cuentas de depósito del mercado monetario), depósitos a corto plazo de menos de 100.000 dólares y las participaciones en los fondos de inversión monetarios, que son los fondos más líquidos que hay. Además, está el M3, que ya incluye otros activos menos líquidos, por lo que se le considera el agregado más 'amplio', frente al M0 o la base monetaria, que es el más estrecho.
Pues bien, el agregado M2 ha caído hasta los 21,207 billones de dólares en diciembre de 2022, desde los máximos de 21,740 billones de marzo de 2022 y los 21,489 billones de diciembre de 2021. De modo que este agregado, que analiza la oferta monetaria, ha sufrido la primera caída interanual desde la Gran Depresión (1929), según Mike Shedlock, asesor de Sitka Pacific Capital Management. No obstante, la comparación resulta un tanto compleja, puesto que la Reserva Federal solo ofrece datos hasta 1960, por lo que con certeza absoluta solo se puede decir que es la primera caída desde entonces, como se puede observar en el gráfico. Aquí puede ver los agregados monetarios en web de la Reserva Federal de EEUU.
La montaña rusa monetaria
¿Por qué cae la oferta monetaria? El disparatado crecimiento de los agregados monetarios durante parte de 2020 y 2021 no eran sostenibles. La fuerte subida de la inflación ha sido prueba de ello. La Reserva Federal puso el dinero y los gobiernos (federales y estatales) lo repartieron y gastaron como no había ocurrido nunca. Frente a episodios pasados en los que la Fed bajaba los tipos e inyectaba dinero al sistema financiero (el dinero se quedaba ahí o como mucho inflaba el precio de los activos), esta vez el dinero sí llegó a la economía real: familias, empresas y gobiernos usaron ese dinero para adquirir bienes y servicios, lo que disparó los agregados monetarios más 'amplios'. Ahora, el proceso está siendo el inverso: la Fed sube los tipos de interés e intenta drenar la liquidez a marchas forzadas, lo que esté generando esta reversión de la M2.
La caída de la oferta monetaria está contribuyendo a la desaceleración de la inflación, ya que hay menos liquidez en la economía para gastar en bienes y servicios, lo que reduce el desequilibrio entre la oferta y la demanda que ayudó a impulsar la inflación. Esta reducción de la oferta monetaria es dolorosa, pero es necesaria para rebajar el alza de precios en un entorno dominado por un mercado laboral fuerte y unos precios relativamente rígidos en los servicios, según explican desde S&P Global.
"La reciente caída en M2 sin duda está ayudando a la caída de la inflación (la gran desinflación), junto con otras cosas importantes que están empujando a la baja el IPC, como la caída de los costes de la energía y los costes de vivienda, que finalmente están comenzando a enfriarse", sostiene Luke Templeman, analista de investigación de Deutsche Bank.
Este economista señalaba en un informe publicado recientemente que "el pesimismo es seductor... al igual que muchos inversores no podían creer que el crecimiento vertiginoso de la oferta monetaria de EEUU en 2020 conduciría al nivel de inflación actual, a muchos les resulta difícil concebir que el ritmo récord al que se está reduciendo actualmente la oferta monetaria tendrá un impacto contrario", sostiene este experto.
"Vemos cada vez más signos de estrés relacionado con el ajuste en el sistema, con la vivienda de EEUU revirtiéndose, las condiciones crediticias endureciéndose y el crecimiento de la oferta monetaria desacelerándose de maneras que normalmente solo se ven en las recesiones", advierten desde Bank of America Merrill Lynch en un informe publicado esta semana. Por ahora, el PIB de EEUU se mantiene fuerte, aunque ya muestra algunos signos de debilidad.
Sin embargo, James Bullard, presidente de la Fed de San Luis, cree que esta caída de la M2 son buenas noticias para la economía al presagiar un descenso de la inflación que permitiría a la Fed pilotar un aterrizaje suave (descenso de la inflación y el crecimiento económico sin incurrir en una recesión ni en una gran destrucción de empleo).
Al final, tanto los que ven la caída de la M2 como una buena noticia y los que opinan que puede provocar una recesión podrían estar en lo cierto. Sin duda alguna, la caída de la M2 desembocará en un crecimiento de la economía inferior al de 2021 y 2022. La cuestión es si ese descenso del crecimiento terminará en un accidente (recesión) y en un aterrizaje suave (evitar que el PIB se contraiga aunque la economía crezca muy despacio).