Economía

El conteo favorece a Biden como presidente de EEUU para deshacer el legado de Trump

  • El demócrata logra un récord histórico de votos, con más de 73,4 millones de votos
El candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden. Getty

José Luis de Haro
Nueva York,

Tras una semana de infarto, el demócrata Joe Biden aventajaba a Donald Trump en Georgia, Pensilvania, Nevada y Arizona blindando implícitamente los 270 votos en el Colegio Electoral que le brindarán la llave a la Casa Blanca el próximo 20 de enero, aunque los recuentos y acciones legales arrastrarán el resultado final. Durante la jornada del viernes está previsto que el ex vicepresidente se dirigiera a la nación desde Wilmington, Delaware, con la intención de declararse vencedor.

De esta forma, Biden y Kamala Harris, su vicepresidenta, tomarán las riendas del ejecutivo habiendo logrado un récord histórico de votos para su candidatura, más de 73,4 millones. Harris además marcará un hito al convertirse en la primera mujer y la primera estadounidense de raza mixta en ocupar la vicepresidencia del país.

Una victoria que llega empañada por las acusaciones de fraude electoral realizadas por el todavía presidente, Donald Trump, quien sin pruebas concretas intenta judicializar el proceso confiando en que el Tribunal Supremo acabará por aceptar alguna de sus demandas. En una declaración escrita, el republicano insistió en que los estadounidenses "se merecen contar con una transparencia completa" en el recuento y certificación de votos. Una vez más aseguró que enfrentará todos los desafíos legales relacionados con las elecciones y "no abandonará la lucha por la nación".

Por su parte, la composición del Capitolio también se postula compleja. En la Cámara de Representantes, los demócratas mantendrán el control superando los 218 escaños necesarios, pero han perdido al menos cinco. De esta forma, los republicanos afianzan su postura como una minoría con algo más de peso, al ganar por el momento momento hasta seis escaños.

Esto no evitó que la presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, reconociese el viernes durante una rueda de prensa que, "pese a haber perdido algunas batallas, hemos ganado la guerra". También dijo que era un día feliz para el país dado que "está claro que el tándem Biden-Harris ganará la Casa Blanca". "Muy pronto su título pasará de ex vicepresidente a presidente electo", añadió al referirse a Biden.

En el Senado la situación se enredó durante la jornada del viernes. Al cierre de esta edición se proyectaba que el demócrata Mark Kelly logró recuperar un segundo escaño para el partido con su triunfo en Arizona. La esperada victoria convirtió a Arizona en el tercer estado en el que un escaño en la Cámara Alta cambia de manos este año después de que los demócratas ganaran también Colorado a los republicanos y estos recuperasen Alabama.

Dadas las circunstancias, todo parece indicar que la composición final del Senado podría retrasarse hasta el próximo 5 de enero, dado que en Georgia, donde están en juego dos escaños, la contienda irá a un segunda vuelta. Aún así, se asume que los republicanos lograrán retener una mayoría de 51 escaños.

De ser así, se estima que Biden tendrá que centrar sus esfuerzos en realizar cambios en materia económica en áreas donde el poder ejecutivo tiene una influencia unilateral significativa, como la política comercial o la política exterior.

A la espera de los acontecimientos, el todavía líder del Senado, el republicano Mitch McConnell, se refirió el viernes a los datos de empleo correspondientes al mes de octubre para justificar que las señales de recuperación económica "refuerzan el argumento" de su partido para aprobar un paquete de estímulo más moderado que el negociado hasta ahora por Pelosi y la Casa Blanca. De este modo, cualquier programa adicional podría rondar entre los 500.000 millones de dólares y el billón de dólares.

De materializarse, un estímulo de aproximadamente el 4,5% del PIB se concentrará principalmente en ofrecer más ayudas al programa de protección de nóminas y quizás una nueva ronda de pagos directos a los contribuyentes, medidas que según la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) tendría un multiplicador fiscal mucho más bajo. Por tanto, el impacto económico del mismo podría decepcionar.

El pasado mes la economía de EEUU sumó 638.000 nóminas, un dato más fuerte de lo previsto que llegó acompañado de una caída de un punto porcentual en la tasa de desempleo que alcanzó el 6,9%.

Así, si excluimos la caída en los funcionarios temporales para la elaboración del censo y la destrucción de empleo entre los gobiernos estatales y locales, las nóminas privadas registraron un aumento de 906.000 puestos de trabajo. Dicho esto, el paro todavía duplica los niveles registrados en febrero y se requieren al menos 10,1 millones de empleos más para recuperar las cifras previas al azote de la pandemia.

Trump forja su revancha

Lejos de haber repudiado la gestión de Trump, más de 69,6 millones de estadounidenses le han apoyado en las urnas. Con su partido y casi la mitad del electorado estadounidense respaldándole, un Trump empoderado, ya sea como presidente saliente, líder de la oposición o tuitero de influencia mediática, seguirá atrayendo enormes niveles de atención, que utilizará para intimidar y socavar la agenda de Biden.

Pero antes de abandonar su cargo, Trump podría optar por despedir al doctor Anthony Fauci, el principal especialista del gobierno de EEUU en enfermedades infecciosas y una figura clave durante la pandemia, así como a Christopher Wray, el director del Buró Federal de Investigaciones (FBI). También se puede incluir en esta lista a Gena Haspel, directora de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

También puede implementar una oleada de indultos presidenciales sin precedentes como forma de recompensar a sus aliados, proteger a su familia y ganarse el favor de quienes pueden echarle una mano durante su regreso a la vida privada. La mayor pregunta en estos momentos es si diseñará alguna forma de protección legal que le proteja una vez que abandone el Despacho Oval.

La fórmula más sencilla y eficaz para evitar cualquier investigación sería que renunciase antes del próximo 20 de enero y el actual vicepresidente, Mike Pence, ocupase el cargo de forma interina contando así con la oportunidad de concederle un indulto completo.

Hasta comienzos de enero y en coordinación con el Senado, su Administración intentará entre otros menesteres confirmar a los dos nominados de Trump al Consejo de Gobierno de la Reserva Federal, Chris Waller y Judy Shelton, ésta última una candidata controvertida, dado que en el pasado apoyó la vuelta al patrón oro.