EEUU aprueba una nueva ronda de sanciones que afecta a organismos públicosVenezuela amaneció con presidente reelecto con el resultado más pobre en 20 años. No hubo festejos en las calles. El lunes fue un día normal en una democracia atípica: con presos políticos, exiliados, perseguidos, partidos proscritos, autoridades electorales cercanas al Gobierno ratificado; todos sabían que Nicolás Maduro seguiría en el poder hasta 2025. "Esta es una revolución y las elecciones tenían que adelantarse bajo esas condiciones. Es la democracia burguesa la que permite que terroristas como los opositores venezolanos participen en elecciones. Con esta demostración de fuerza del pueblo, garantizamos la paz por muchos años". Así lo dijo a elEconomista Julio Quijada, seguidor del presidente Maduro, en una plaza caraqueña, cerca del palacio de Miraflores (Gobierno). Este empleado público esperaba que el mandatario volviera a las calles, "para celebrar junto al pueblo. La noche anterior (el domingo) estaba cansado, no ha sido fácil la campaña, como tampoco los cinco años de su primer Gobierno ya que ha tenido que enfrentar la guerra de la oposición y de los Estados Unidos. Ahora, vamos por más patria". No solo en Caracas había calma. No hubo en todo el país manifestaciones de apoyo febril al heredero de Hugo Chávez. En Barinas, Barquisimeto, San Cristóbal y en Caracas hubo reportes de manifestaciones adversas a la reelección de Maduro, quien corría frente a su compañero de luchas, Henri Falcón. El exgobernador de Lara exige una repetición de las elecciones para este año, en vista de las irregularidades que, según él, se cometieron en este proceso electoral. Las cifras oficiales apuntan hacia 5,8 millones de votos para Maduro, lejos de la cifra de 10 millones de votos que exigió a sus seguidores. En redes sociales, algunos analistas como Félix Seijas han señalado que de los 19 millones de venezolanos habilitados para votar en los comicios del domingo solo participó un tercio. "Que Maduro haya obtenido algo más de 5,8 millones de votos es un fracaso para la revolución. Ésta es la votación más baja del chavismo en 20 años". En esta ocasión fue un 13 porciento menos que lo conquistado en las elecciones de 2013, en donde el mandatario bolivariano derrotó por 250.000 votos al opositor Henrique Capriles, en otro controvertido conteo presidencial. Capriles denunció fraude, aun cuando no pudo demostrarlo en los tribunales chavistas. El dirigente opositor no pudo participar el domingo, pues está inhabilitado para concurrir a elecciones durante 15 años, por presuntos actos de corrupción, cometidos en su gestión como gobernador del Estado de Miranda. También llaman la atención las cifras de los que no votaron; en ambos bandos. El consejo nacional electoral admitió que la abstención rondó el 50 por ciento, pero empresas privadas que trabajaron en las calles venezolanas el domingo advirtieron a la prensa local que la cifra oscila entre 65 por ciento y el 75 por ciento. En todo caso, ni Nicolás Maduro con sus 5,8 millones de votos ni Henri Falcón con su 1,8 millones convencieron a los venezolanos de que la salida a la crisis política y económica que sacude a Venezuela es la electoral.