La entidad mantiene la previsión de crecimiento tras el cambio de GobiernoA pesar de que la nueva senda de déficit ofrecida por el Gobierno de Pedro Sánchez a la Comisión permitirá aumentar el techo de gasto del Estado y las autonomías, tendrá efectos inmediatos sobre el déficit estructural, gran preocupación de Bruselas cuando un país sale del procedimiento de desvío excesivo. Ésta es la visión de Rafael Domenech, de BBVA Research, quien reconoció "preocupación por la relajación de los objetivos fiscales". De hecho, advirtió de que la diferencia entre la propuesta de déficit del Ejecutivo actual para 2018 (un 2,8 por ciento, ya aceptada por Bruselas) y la anterior (un 2,2 por ciento), aproximadamente medio punto de producto interior bruto (PIB), impactará "directamente en el déficit estructural de las Administraciones Públicas", aunque no es posible medirlo a día de hoy. Domenech afirmó, además, que el déficit previsto por el PP era perfectamente realizable "con una política fiscal neutral" que aprovechara el ciclo económico actual de crecimiento. El economista abordó estas cuestiones durante la presentación del informe Situación España, de los analistas de BBVA Research, según el cual las previsiones de crecimiento para España tras el cambio de gobierno se mantienen en un 2,9 por ciento en 2018 y un 2,5 por ciento en 2019. Desacoplamiento con la UE De esta manera, se confirma que se mantiene el ritmo de crecimiento, pero con cambios. Hay un "cierto desacoplamiento respecto a las economías europeas, que dan señales de desaceleración" y modificaciones en la composición del incremento económico: se está basando en el consumo de las familias y en la inversión en residencias y construcción en vez de en exportaciones y en la producción de maquinaria como hasta ahora, según explicó Jorge Sicilia, economista jefe del Grupo BBVA. Esto no implica que la llegada del PSOE al Ejecutivo no siga arrojando interrogantes respecto al futuro económico de España, aunque gran parte de ellas hayan quedado atenuadas tras la aprobación definitiva de los Presupuestos Generales del Estado de 2018: "Sigue habiendo dudas sobre las políticas que se van a aplicar en el futuro", indicó Domenech, quien prefirió no opinar sobre algunas medidas propuestas por Sánchez, como la creación de nuevos impuestos. Sin embargo, las principales preocupaciones para el crecimiento nacional no están en España, sino en el exterior. A la desaceleración que está sufriendo la eurozona se suma que el precio del petróleo ha vuelto a subir y se espera que permanezca alrededor de un 10 por ciento encima de lo previsto, un alza que tendrá consecuencias negativas para las cuentas nacionales. Proteccionismo y guerra El otro nubarrón, más importante si cabe, es el del proteccionismo y la guerra comercial que están librando territorios como Estados Unidos y China. Aunque no se espera que el impacto sea significativo para las empresas nacionales, sí que incrementa la vulnerabilidad de la economía española. En cambio, el riesgo es mayor en el caso de la economía global. A pesar de que los efectos del conflicto arancelario internacional a corto plazo serían limitados, si Donald Trump ejecutara las medidas adicionales que plantea podría destruir unas dos décimas del crecimiento previsto para el producto interior bruto mundial (PIB). Toda esta inestabilidad, además, va a conllevar que los inversores tengan una mayor aversión al riesgo. "Las noticias negativas pueden tener un impacto todavía mayor en un mercado más sensibilizado", apuntó Sicilia.