Motor
Vía libre a las marcas extranjeras para vender coches en China: adiós a la asociación obligatoria con las locales
Ecomotor.es , Bloomberg
China ha decidido levantar el veto a los fabricantes de automóviles extranjeros de operar como empresas independiente, con lo que podrán vender coches sin asociarse con una marca local en el que es el mayor mercado del mundo (24,8 millones de vehículos en 2017).
La 'liberalización', que se ha anunciado en una tesitura de guerra comercial entre China y Estados Unidos, se hará efectiva de forma gradual según la tipología de las compañías: para las que fabrican eléctricos -como Tesla-, este año; las de vehículos industriales, en 2020; y las de turismos convencionales en 2022.
La normativa actual que impera en China rige que los fabricantes foráneos deben constituir junto con las compañías estatales una 'joint-venture' o empresa conjunta de la que, en el mejor de los casos, pueden poseer hasta un 50% y, por ende, la mitad de los beneficios.
El objetivo en el momento de su aprobación era dar a los fabricantes locales tiempo para adquirir la tecnología y desarrollar sus marcas antes de brindar a las compañías extranjeras acceso al mercado de coches más potente, a fin de proteger a las entidades nacionales. Una maniobra cuyo resultado ha sido positivo: las firmas chinas acapararon en 2017 el 43,9% de la cuota del mercado, en comparación con el 41% que detentaban un decenio atrás, según la asociación de fabricantes.
El crecimiento se ha sustentado en vínculos con las entidades punteras del sector, Volkswagen -líder de ventas mundial-, Toyota o Renault. Del lado oriental, tampoco faltan referentes como BYD, Guangzhou Automobile Group o BAIC Motor.
Asociaciones entre marchas chinas y extranjeras
Imagen: Bloomberg.
En cualquier caso, la aprobación de esta modificación, con la que China lleva coqueteando al menos desde 2016, no parece vaya a tener repercusión con carácter inmediato, pues la emancipación supondría una inversión de miles de millones de euros por parte de las entidades extranjeras. De hecho, según recoge Bloomberg, Volkswagen -que vendió 4 millones de coches en China, su principal mercado- estudiará posibles alternativas, pero asegura que no abandonará a sus socios locales, una filosofía que también sostiene General Motors. BMW, por su parte, continúa explorando la posibilidad de producir sus Mini eléctricos en China de la mano de Great Wall y tiene previsto expandir la empresa que mantienen con Brillance Auto.
La que sí podría verse beneficiada es Tesla. La compañía que dirige Elon Musk trató de despegar en China con la creación de una macrofábrica, aunque tras las negociaciones con el gobierno de Shangái el proyecto no ha prosperado. Queda por ver si este cambio termina impulsando la instalación.
Otra incógnita es cómo responderán las compañías locales ante la competitividad que presentarán las extranjeras después haber adquirido durante años un conocimiento suficiente del mercado chino. "Este cambio tendrá un impacto en la mentalidad de las automovilísticas extranjeras y es posible que comiencen a tener mayor poder de decisión en las empresas conjuntas", advierte Cui Dongshu, secretario general de la Asociación China de Turismos. Y añade: "El cambio podría impactar en la estabilidad a largo plazo de las empresas conjuntas".
La experiencia reciente, sin embargo, deja patente el potencial de las compañías de motor chinas para crecer dentro del sector. El ejemplo más destacado a raíz de lo logrado en los últimos años es Geely, que ha pasado de rescatar a Volvo de la ruina y crear una marca innovadora como Lynk & Co -que prepara su desembarco en Europa- a comprar Lotus y convertirse en el máximo accionista de Daimler.