En busca del candidato ideal

¿Qué perfiles son los más demandados por empresas?, ¿qué aptitudes sobresalen a la hora de evaluar a un profesional? Dos preguntas que se nos formulan de manera recurrente a los responsables de recursos humanos y a todos aquellos que gestionamos el talento de las empresas y para las que no existe una respuesta genérica o universal.

En plena vuelta al Cole, los jóvenes españoles quieren saber qué necesitan las compañías, qué precisa el mercado y cuál es la clave que les va a permitir tener una trayectoria profesional de éxito. Sin entrar a desgranar cuáles son los sectores que más empleo generan o los que mayores retribuciones ofrecen, me atrevería a revelarles que para los que estamos al otro lado de la mesa en la entrevista de trabajo lo más importante es la actitud. Pero no vale cualquier tipo de actitud.

Los empleadores y empresarios buscamos versatilidad y capacidad de adaptación a los cambios, en definitiva flexibilidad. En un momento incierto en el que cualquier novedad queda inminentemente desfasada y en el que una nueva tecnología surge cada día, revolucionando la manera de hacer negocios y la relación con los clientes, la capacidad crítica, auto evaluativa y proactiva es garantía de éxito y crecimiento, tanto para el propio profesional como para la compañía de la que forma parte. Más allá de los conocimientos técnicos, que son fundamentales y que se dan por supuestos, al candidato se le exige la habilidad de trabajar en equipo, de liderar y aprender de otros, así como de formar parte de proyectos diferentes con profesionales de diversa formación. Otro aspecto que es fundamental, y que cobra cada día más relevancia, es el conocimiento y la predisposición hacia la tecnología, especialmente hacia la robótica y el análisis de datos, elementos que están y seguirán transformando considerablemente todos los sectores del mercado.

Por su parte, para terminar de perfilar al candidato ideal, la compañía tendrá que tener la capacidad reconocer estas aptitudes ayudando al profesional a cubrir aquellos aspectos en los que tiene menor experiencia o conocimiento, a través de programas de formación o mentoring que les permitan progresar y adquirir nuevas funciones y responsabilidades. Asimismo, debería ofrecer los estímulos necesarios para que el profesional desarrolle una sólida y ascendente trayectoria profesional.

En EY, dadas las necesidades concretas del sector de los Servicios Profesionales, demandamos principalmente aquellos perfiles relacionados con la Administración y Dirección de Empresas, el Derecho o la Ingeniería y, cada vez más, otro tipo de carreras como matemáticos, informáticos, filósofos o psicólogos que con un conocimiento general del mercado sean capaces de asesorar de manera integral a los clientes, adelantándose a los retos y sabiendo cómo convertirlos en oportunidades. Como contrapartida, les ofrecemos planes de formación y desarrollo personalizados bajo el paraguas de nuestra Universidad Corporativa, EYUniversity, pilar sobre el cual se construye el desarrollo profesional de cada miembro de la Firma. Nuestro objetivo con este proyecto es garantizar que todos y cada uno de los profesionales de EY reciben la formación y las experiencias necesarias para enfrentarse a un entorno de transformación y cambio continuo.

Como ven, el perfil ideal y el candidato del futuro pasa siempre por aquellas personas que muestran capacidad de adaptación, proactividad y que son capaces de adelantarse a los retos del mercado y de los sectores con los que trabaja, ya que la única certeza que tenemos es que todo cambia rápida y globalmente. Por su parte, la compañía, si quiere retener y atraer el mejor talento, tendrá, por encima de todo, que ofrecer un proyecto de futuro y crecimiento.

Elaborado por José Luis Risco, Director de Recursos Humanos de EY