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¿Son los robots una amenaza para los profesores?

  • Los políticos con responsabilidades en educación deberían incluir más tecnología

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Madrid,

Hace más de 200 años, la revolución industrial impulsada por la máquina de vapor llevó la fuerza artificial a los centros de producción permitiendo que los trabajadores dejasen de realizar las tareas más pesadas y físicamente ingratas. La llegada de la automatización hace 50 años inundó las fábricas de robots permitiendo que los trabajadores dejaran de hacer las tareas más repetitivas y psicológicamente más aburridas. Ahora estamos viendo cómo los robots están accediendo a espacios impensables hasta hace poco tiempo y los podemos encontrar realizando tareas informativas en aeropuertos o recepciones de hoteles. La tendencia es imparable y desde hace años hay proyectos piloto para explorar el potencial de los robots como herramientas de aprendizaje.

¿Debemos los profesores, al ver esta tendencia, preocuparnos por nuestro futuro profesional? La respuesta es afirmativa, pero eso no significa que la profesión del maestro corra peligro.

La inteligencia artificial que da vida a los robots va a ir, poco a poco, permitiendo que las máquinas asuman tareas que hasta ahora creíamos que eran sólo propias de los humanos. Algunas de las tareas que hacen los profesores ya son susceptibles de ser realizadas por robots. Son tareas sencillas o repetitivas como leer un texto e interactuar con los niños con preguntas y respuestas sencillas. Esto no es ciencia ficción, el tipo de inteligencia artificial que interactúa con los niños es la misma que nos contesta cuando decimos "Oye Siri" o "OK Google".

Desde hace más de 15 años, sobre todo en Asia, se han realizado experiencias para explorar el papel que pueden tener los robots en guarderías y en colegios. Lo que no parece discutible es que la interacción con robots desde edades tempranas es algo positivo, ya que sin duda los niños de hoy van a tener que trabajar e interactuar con robots inteligentes y colaborativos cuando accedan al mercado laboral dentro de dos décadas. Cada día estamos más rodeados de objetos inteligentes y nuestros hijos deben aprender a convivir con naturalidad con esa realidad y, lo que es más importante, deben ser capaces de entender la tecnología para usarla cuando crezcan con el objetivo de construir un mundo mejor en el que vivir.

Por otro lado, existe controversia sobre la influencia que pueden tener en los niños el establecimiento de "relaciones artificiales" con robots dotados de inteligencia artificial pero no de inteligencia emocional. Todavía la tecnología está lejos de construir máquinas, aunque tengan aspecto humanoide, capaces de emular algunas de las habilidades más importantes para un maestro. Empatía, sentido crítico, creatividad o capacidad para desarrollar nuevas ideas son características muy humanas que no tienen los robots y sin ellas los buenos maestros no serían capaces de inspirar a sus alumnos.

El futuro no está escrito y es difícil hacer previsiones en estos tiempos de cambios acelerados por la tecnología, pero parece que los robots no van a quitar el trabajo a los profesores humanos, aunque se convertirán en sus ayudantes.

Por ello, los políticos con responsabilidades en educación deberían incluir más tecnología en los planes de estudio y desarrollar programas que promuevan la entrada de robots en las aulas como herramientas de apoyo. Por su parte, los actuales maestros, y los que se estén formado para serlo, deberán desarrollar capacidades para poder enseñar más tecnología y también para usar robots como sus colaboradores.

Elaborado por Mariano Ventosa, director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ICAI) de la Universidad Pontificia Comillas.