Ecoaula
¿A qué se enfrenta la educación en la sociedad digital?
Miguel Ángel Ruiz Domínguez
La educación es uno de los pilares de nuestra sociedad y, por tanto, debería verse profundamente implicada en los cambios que en ella se producen.
A día de hoy, no es de extrañar que cuando hablamos de innovación educativa pensemos en tecnología. Y, evidentemente, no es una casualidad. Vivimos inmersos en un proceso de desarrollo y expansión de las nuevas tecnologías que afectan a casi todos los aspectos fundamentales de nuestro día a día, nuestra manera de relacionarnos y de entender la realidad que nos rodea.
En este sentido, cabe preguntarse, ¿cómo afecta esto a la educación de nuestro tiempo? La educación debe dar respuesta a las transformaciones sociales y aportar a los nuevos educandos las competencias propias que se requieren para este siglo. Lo que hemos aprendido hasta ahora es válido, pero no suficiente para adaptarnos a un mundo que demanda altas cotas de democracia, justicia y equidad social.
Para ello, tal y como apunta el informe de la UNESCO Replantar la educación. ¿Hacia un bien común mundial? , la educación a lo largo de toda nuestra vida es una de las líneas primordiales a seguir apoyándose en diferentes cimientos.
Entre ellos, el desarrollo sostenible, apostando por un crecimiento de la economía global que apueste por el cuidado del planeta, por la tolerancia y la igualdad ante la diversidad, replanteándose dentro del nuevo contexto tecnológico.
La visión humanista de la educación, opuesta a la violencia, a la discriminación y a la exclusión y que recuerdan a teóricos e ilustres de siglos pasados que arriesgaban por el desarrollo pleno de las facultades humanas, como Tolstoi o Bertrand Russell, quien defendía como objetivo fundamental de la educación el alentar y suscitar cualquier impulso creativo que posea el ser humano.
Así, acorde a los cambios de las sociedades industriales avanzadas, el contexto educativo también cambia, la escuela y las instituciones no son los únicos escenarios donde se controlan los procesos de aprendizaje, siendo los entornos informales las principales fuentes de creación de conocimiento. Por ende, las cuestiones sobre la educación y el derecho a la misma no pueden olvidar el nuevo espacio al que se enfrentan.
Ante esto, ¿qué competencias y saberes debe aportar la educación? La hiperconectividad que nos caracteriza como individuos de este siglo hace que nos presentemos ante un contexto abierto al intercambio constante de información, donde debemos ser críticos, comunicativos, autónomos y dispuestos constantemente a ser capaces de afrontar con éxito los cambios que se nos presentan. Se viene a resumir en lo que John Moravec define como knowmad, o lo que es lo mismo, agente o nómada del conocimiento.
Para ello, la escuela del presente debe potenciar la creatividad, la innovación, la posibilidad de trabajar en contextos colaborativos apoyándose en la tecnología. Las competencias digitales enseñadas deben recoger estas habilidades, siendo uno de los principales retos a los que se enfrentan los docentes como agentes del cambio.
No deben saber utilizar la tecnología, deben aprender y enseñar a que estas aporten todas las habilidades necesarias para la sociedad vigente. Preparar a las nuevas generaciones para crear, utilizar y reutilizar los dispositivos tecnológicos y no ser meros espectadores o sujetos alienados a los mismos.