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El sexismo en educación
- Las niñas aparecen como claras ganadoras del sistema escolar.
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Según una investigación del Foro Económico Mundial (WEF) publicada en enero de 2018, el 57 por ciento de los 1.4 millones de empleos en Estados Unidos en riesgo de ser desplazados por la automatización en los próximos ocho años pertenecen a mujeres. El informe destacó que las mujeres, cuyos empleos corren el riesgo de perderse, tienen menos oportunidades de transición a ocupaciones que requieren una mayor cualificación. Incluso con la "reorientación laboral", que WEF define como "dar a los trabajadores las habilidades y capacidades necesarias para el lugar de trabajo futuro", las mujeres todavía tienen menos opciones que los hombres para encontrar carreras alternativas.
Por ello, es importante motivar a las niñas para que estudien tecnología, matemáticas o una ingeniería (STEM).
A primera vista, las niñas aparecen como claras ganadoras del sistema escolar. Por ejemplo, si nos fijamos en el dato que refleja la situación con respecto a las calificaciones educativas, ellas logran un mejor rendimiento académico, tanto en la escuela (primaria y secundaria) como en el bachillerato.
Los buenos resultados académicos y la clara ventaja que deberían proporcionar finalmente no se corresponden con el grado de autoestima de las mujeres jóvenes, o del desarrollo de liderazgo en su conjunto.
A pesar obtener mejores calificaciones, a menudo, las niñas infravaloran sus logros con respecto a los niños. El estereotipo, asociado a la percepción global de los adultos, es que las niñas poseen una actitud y comportamiento más manejable, lo cual se traduce en un menor esfuerzo de atención hacia ellas, e incluso, utilizarlas para contrarrestar y absorber debilidades en la estructura de la clase en las escuelas. Por ejemplo, para desmotivar el descontrol dentro del aula o frenar la algarabía de otros miembros.
Sin embargo, las atribuciones al comportamiento de rol específico de género, percibido como positivo por el conjunto de la sociedad, también producen presión, y es dónde las chicas a menudo reaccionan con trastornos alimentarios y autolesiones.
Además, el éxito académico global de las niñas, a menudo, no va acompañado de éxito profesional adecuado. La discrepancia salarial entre hombres y mujeres, solamente en España, es del 22,9% y donde la ocupación por parte de las mujeres de posiciones de liderazgo es, casi exclusivamente, un feudo de los hombres. No cabe la mayor duda de que este es el dato que ilustra dramáticamente la situación de las mujeres en la sociedad actual.
La frase "tratamos a niñas y niños por igual" no significa que -mayoritariamente- las educadoras o incluso las madres y los padres piensen que las niñas y los niños son lo mismo. Sin embargo, no quieren ser considerados responsables de la persistencia de las diferencias específicas de género que son tan obvias en la vida cotidiana.
Dependiendo de su orientación personal, hay muchas causas sociales o biológicas que pueden explicar las diferencias observadas. Se ha observado que existen condicionantes emocionales en función del género, es decir, que no se ama de igual forma a un niño que a una niña dentro del núcleo familiar. De igual forma y desde principios de siglo, se están enviando numerosos mensajes contradictorios a los menores. Las niñas deben ser enérgicas y luchadoras, pero no malintencionadas con los demás, deben comprarse hermosas prendas de vestir, pero tampoco deben basarse en el ideal de la famosa y mundialmente conocida muñeca Barbie (ej. el uso desproporcionado del mensaje conflictivo de cuan guapa está hoy, o en tal foto o vídeo). Los niños, por el contrario, deberían mostrar más sentimientos, pero jamás deben mostrar debilidades externas o ser considerados llorones (ej. no llores que tú eres fuerte).
Estudios recientes indican que las niñas pueden desarrollar un mayor apego a las educadoras que los niños. Las orientaciones estereotipadas por género de profesionales, en su mayoría mujeres, pueden hacer que estén más en sintonía con las expectativas de las niñas, lo que les facilita la construcción de una relación de apego segura. Tales tendencias se ven reforzadas por la formación de grupos separados por género.
Dado que el trabajo en las guarderías es, en gran parte, un trabajo grupal, los educadores deben lidiar con los diferentes modales y "culturas" de niñas y niños, lo que a veces es muy difícil para los niños.
Por otro lado, es cierto que no se sabe si los niños se beneficiarían de existir más educadores varones: ¡la investigación sobre procesos de apego con educadores varones todavía no existe!
En el proyecto "Perspectivas de género" en una escuela infantil en Hannover (Alemania), trabajaron dos años en la implementación de la "Integración de la perspectiva de género" en la práctica y desarrollaron una guía para revisar el diseño, las ofertas y los proyectos cotidianos en las guarderías para ver si se respeta la igualdad de género y cómo proporcionar impulsos para una educación consciente de las cuestiones de género. En el futuro podremos observar si la educación consciente habrá alcanzado éxito.
Otra barrera puede ser que las niñas y mujeres jóvenes no vean futuro en una carrera STEM. Prefieren obtener titulaciones en educación, salud y bienestar y, probablemente, las STEM les parezcan más estériles, abstractas o poco tangibles. Según la Profesora Agregada de la Universitat Pompeu Fabra, Dña. Helena Ramalhinho, necesitamos a las jóvenes porque el futuro no pasa únicamente por la tecnología para sí, sino por la tecnología al servicio de las personas. Para alcanzar esto necesitaremos tener diferentes capacidades no solo tecnológicas, también sociales, de empatía, capacidad de trabajar en equipo, etc.
Esta hipótesis se ve respaldada por el nuevo libro de Cathy N. Davidson: "The New Education: How to Revolutionize the University to Prepare Students for a World in Flux" (La nueva educación: cómo revolucionar la universidad para preparar a los estudiantes para un mundo en movimiento). De acuerdo con Davidson, Google decidió en 2013 probar su hipótesis de contratación analizando cada bit de datos de contratación, despido y promoción acumulados desde la incorporación de la empresa en 1998. El proyecto "Oxygen" sorprendió a todos al concluir que, entre las ocho cualidades más importantes de los mejores empleados de Google, la experiencia de STEM viene en último lugar. Las siete características principales del éxito en Google son todas las "habilidades blandas": ser un buen líder; comunicándose y escuchando bien; poseer conocimientos sobre los demás (incluidos otros valores y puntos de vista diferentes); tener empatía hacia y apoyar a los colegas; ser un buen pensador crítico y s olucionador de problemas; y poder hacer conexiones a través de ideas complejas.
Estas habilidades están relacionadas intrínsecamente con una profesora de lengua, o una directora de teatro, en lugar de un programador o un ingeniero de comunicaciones o incluso que un técnico de servidores y equipos (IT). ¿Podría ser que los mejores empleados de Google tuvieran éxito por estas habilidades más que por su capacitación técnica específica?
Elaborado por Kathatarina Miller, integrante de la asociación Mujeres Avenir.