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Estudios y desempeño profesional. ¿Realmente existe gap de género?

  • Las mujeres llegan a la universidad en proporción superior a la de los hombres.

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El 54,7% de los alumnos matriculados en las universidades españolas en el curso 2016/17 son mujeres, según datos oficiales del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. En concreto, 715.201. Y según la misma fuente, el número de mujeres egresadas en el curso 2015/16 en las diferentes titulaciones ascendía a 118.946, lo que representa el 58,5% de los titulados de ese curso académico.

Es un hecho objetivo, por tanto, que las mujeres jóvenes llegan a la universidad en proporción superior a la de los hombres y prácticamente 6 de cada 10 recién titulados en las universidades españolas en estos momentos son mujeres. Por tanto, parece que -al menos en el contexto universitario- el gap educativo, en el caso de existir, sería en contra de los hombres jóvenes en el contexto actual de España.

Sin embargo, existe la percepción de que el éxito profesional de los jóvenes titulados está escorado hacia el lado de los hombres, un hecho que puede tener una explicación si se profundiza en las cifras referidas al principio del artículo y se segmentan por titulaciones.

Partamos de un hecho objetivo. Las profesiones que actualmente cuentan con mayor demanda, cuentan con tasas de paro cercanas a cero y permiten alcanzar salarios más elevados en el mercado son las vinculadas a titulaciones identificadas con el acrónimo STEM (siglas en inglés para Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Y cuando se analiza la presencia de mujeres en los estudios universitarios vinculados a dichas disciplinas la situación es muy diferente a las medias referidas al principio del artículo.

Las disciplinas universitarias vinculadas a la informática, por ejemplo, son de las que en estos momentos ofrecen las mejores oportunidades laborales, con situaciones de pleno empleo. En estos momentos en las universidades españolas el número de matriculados en estudios informáticos asciende a 45.428 personas –muchas menos de las que nuestro mercado laboral es capaz de absorber en los próximos años-, y la presencia de mujeres es muy reducida, puesto que sólo 5.463 son mujeres, es decir, un 12,0% del total. La proporción se eleva en el caso de las ingenierías, puesto que las diferentes ramas de estas disciplinas cuentan con 51.511 mujeres matriculadas. Pero dicha cifra representa sólo el 28,4% de los estudiantes de ingeniería de nuestro país. Y en Física o Matemáticas, la proporción de mujeres matriculadas se sitúa en 25,4% y 37,5%, respectivamente. Nuevamente unas disciplinas con excelentes salidas profesionales cuentan con una escasa presencia de mujeres.

Por el contrario, en varias de las disciplinas con tasas de paro más elevadas entre los jóvenes universitarios, como pueden ser Bellas Artes, Sociología o Filologías, la presencia de mujeres es mayoritaria: 68,6%, 74,0% y 75,0%, respectivamente.

La cuestión es que la elección de carrera –dentro de la amplia panoplia de estudios universitarios- es una decisión voluntaria y que, además, es totalmente ajena a la variable de género, puesto que lo único que influye a la hora de obtener una plaza es la nota que el estudiante tiene de su bachillerato y selectividad. Y, recuérdese, que aquí también las chicas llegan con mejores calificaciones que los chicos. El desempeño profesional futuro depende del acierto en la elección de estudios, una elección libre, en la que no hay discriminación. Quizá hay elementos culturales que influyen, pero nunca coacción.

Elaborado por Valentín Bote, Profesor Asociado de Fundamentos del Análisis Económico.