"La universidad ante el reto de ofrecer profesionales cualificados"

La relación entre la universidad y la empresa en España ha sido, tradicionalmente, como la del agua y el aceite. Siempre han vivido de espaldas, salvo en honrosas excepciones, por diversas circunstancias de muy diferente naturaleza aunque como universitario me atrevería a apuntar la incompatibilidad de la cultura organizacional entre la universidad y la empresa como la más decisiva.

Muchos docentes de las universidades públicas han visto, secularmente, como algo nocivo para la institución una colaboración estable con el mundo empresarial. Expresiones como mercantilizar la universidad o venderla a la empresa privada se oyen en nuestros campus recurrentemente siempre que existe cualquier mínima iniciativa de cambio en las universidades públicas.

En España, por cuestiones políticas relacionadas con la estructura territorial del estado, tenemos un exceso de universidades: 50 públicas y 33 privadas, entre las cuales existen notables diferencias que se derivan de las exigencias en la carrera universitaria, mucho más exigentes para los profesores de las públicas, que tienen que tener una producción investigadora de la que están exentos en muchos casos sus colegas de las privadas, lo que dicho sea de paso –aunque esto no sea objeto de este texto—hace que estas instituciones públicas se encuentren más cerca de un posicionamiento de excelencia universitaria basado fundamentalmente en la investigación.

Las universidades privadas, por el contrario, encuentran en la empleabilidad la fortaleza más importante de muchos de sus grados, superando en muchos casos a la de algunas titulaciones públicas, además de ofrecer una docencia más flexible y menos masificada que las de aquellas. Las universidades privadas tienen por tanto la oportunidad de hacer de estas dos características -empleabilidad y flexibilidad docente- la fortaleza en cuanto a su reputación que la mayoría de las públicas obtienen gracias a sus resultados de investigación.

Villafañe & Asociados ha efectuado un estudio denominado: "La relación entre las universidades privadas y los grandes empleadores", cuya síntesis puede consultarse aquí.

en la que, entre otros hallazgos, se evidencia que la empresa no tiene claro lo que necesita y la universidad no tiene claro lo que puede llegar a aportar. Otro hallazgo es la existencia de tres tipos de relación entre la universidad y la empresa  -la funcional, la dependiente y la ideal- que se van perfeccionando desde la primera, en la que la universidad es un mero intermediario entre la empresa y el alumno; pasando por aquella en la que la empresa demanda y la universidad se siente en el deber de responder y concluye en una relación muy aspiracional de co-creación donde se busca encontrar puntos comunes de desarrollo, crecer juntos, ser un equipo.

De la misma manera que nuestras universidades públicas tienen que transferir a la empresa más resultados de aquello que mejor hacen -investigar- las privadas deben buscar en la empleabilidad su sinergia reputacional: diseño conjunto de planes de carrera profesionales, reciclaje de los profesionales de la empresa, identificación de nichos de empleo, oferta ágil de la formación necesaria e inmersión en la empresa de sus profesores.

Elaborado por: Justo Villafañe, Catedrático de la UCM y Presidente de Villafañe y Asociados Consultores