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Científicos proponen 'velas magnéticas' para actuar como frenos de llegada de naves interestelares 'lentas'


    Europa Press

    Enormes velas magnéticas serían capaces de frenar una nave interestelar cuando esta llegase a su destino, aunque este sistema solo serviría para sondas de pequeño tamaño y baja velocidad.

    Con una sonda espacial miniaturizada capaz de ser acelerada a un cuarto de la velocidad de la luz, se podría llegar a Alpha Centauri, la estrella más cercana a la Tierra, en aproximadamente 20 ó hasta 50 años.

    Sin embargo, sin un mecanismo para reducir la velocidad, la sonda espacial sólo podría recopilar datos de la estrella y sus planetas a medida que pasara por allí. Un físico teórico de la Universidad Goethe de Frankfurt ha examinado si las naves espaciales interestelares se pueden desacelerar utilizando "velas magnéticas".

    Investigaciones recientes sobre nuevos conceptos, entre otros dentro del proyecto 'Breakthrough Starshot', han demostrado que las sondas espaciales miniaturizadas podrían acelerarse mediante poderosos láseres. Disminuirlos de nuevo parece más desafiante, ya que no pueden equiparse con sistemas de frenado por razones de peso. Sin embargo, según el profesor Claudius Gros, del Instituto de Física Teórica de la Universidad de Goethe, en Frankfurt, sería posible desacelerar al menos las sondas espaciales comparativamente lentas con la ayuda de velas magnéticas.

    "Lento significaría en este caso una velocidad de viaje de 1.000 kilómetros por segundo, que es solo 0.3% de la velocidad de la luz, pero sin embargo unas 50 veces más rápido que la nave espacial Voyager", explica Gros.

    Según sus cálculos, se necesita una vela magnética para transferir el impulso de la nave espacial al gas interestelar. La vela consiste en un gran bucle superconductor con un diámetro de unos 50 kilómetros. Una corriente sin pérdida inducida en este ciclo crea un campo magnético fuerte. El hidrógeno ionizado en el medio interestelar se refleja luego en el campo magnético de la sonda, desacelerándolo gradualmente. Este concepto funciona, como Gros fue capaz de mostrar, a pesar de la densidad de partículas extremadamente baja del espacio interestelar (0.005 a 0.1 partículas por centímetro cúbico).

    La investigación de Gros muestra que las velas magnéticas pueden desacelerar las naves espaciales 'lentas' que pesan hasta 1.500 kilogramos. Sin embargo, el viaje tomaría períodos históricos, por ejemplo, alrededor de 12.000 años para alcanzar los siete planetas conocidos del sistema TRAPPIST-1. Sorprendentemente, las sondas de crucero más lentas, del tamaño de un automóvil, podrían ser lanzadas por el mismo láser que permitiría enviar, de acuerdo con el planeamiento actual, sondas espaciales de alta velocidad que pesan sólo unos gramos a Alpha Centauri.

    Las misiones a estrellas distantes que llevan miles de años están fuera del alcance de las misiones exploratorias. Pero la situación es bastante diferente en los casos en que el tiempo de crucero es irrelevante, como las misiones que abren posibilidades alternativas para la vida terrestre.

    Tales misiones, como Gros propuso en 2016 bajo el nombre de 'The Genesis Project', llevarían organismos unicelulares, ya sea como esporas congeladas o codificadas en un laboratorio de genes miniaturizados. Para una sonda de este tipo, no es el momento de llegada lo que es importante, sino la posibilidad de desacelerar y luego orbitar el planeta objetivo.