Ecoaula

Los 'escape rooms' y la formación

  • La educación debe evolucionar, tal y como han hecho el mundo y la sociedad

elEconomista.es
Madrid,

El mundo y la sociedad evolucionan a un ritmo vertiginoso; la educación, en cambio, evoluciona más lentamente. Esto nos lleva a que nos encontremos en la situación actual: los adolescentes pierden motivación a lo largo de su período en el instituto y al llegar al mundo laboral se encuentran con que no han desarrollado las competencias adecuadas durante su etapa escolar.

Nos centramos en saturarles de información para que cuando lleguen los exámenes la plasmen sobre el papel, pero no ponemos el foco donde realmente importa, es decir, en que aprendan a trabajar en equipo o a tomar decisiones. Esto ocurre porque la mayor parte del tiempo realizan actividades individuales en las que sólo existe una respuesta correcta y cualquiera que se salga de ésta se considera errónea.

Después, llegan al mundo laboral, y se dan cuenta de que las operaciones complejas las realizan máquinas de manera automática y de que su principal labor es trabajar en equipo, comunicarse y tomar decisiones. ¿Cómo pretendemos que en un futuro trabajen en equipo y tomen decisiones cuando lo único que les hemos enseñado es a trabajar de manera individual y a hacer todo sin posibilidad de rebatir?

La educación debe evolucionar, tal y como han hecho el mundo y la sociedad. Esto no quiere decir que el aprendizaje de materias como matemáticas, lengua, historia o idiomas no sea imprescindible, sino que se debe poner más atención a las llamadas competencias transversales.

A la hora de enfrentarse a un puesto de trabajo, muchos candidatos pasarán las pruebas técnicas, pero no aprobarán aquellas en las que se evalúan estas habilidades.

Aprender a trabajar en equipo

Dentro de las herramientas más destacadas que han ido surgiendo para complementar el modelo educativo actual destacan los escape rooms. En este tipo de actividades, los alumnos tendrán que comunicarse entre sí durante todo el juego y tomarán decisiones, en equipo, para resolver cada una de las pruebas a las que se enfrenten.

De esta forma, con un simple escape room el estudiante va a sentir interés por lo que está haciendo, ya que es algo diferente a lo que está acostumbrado. Además, aprenderá a comunicarse con sus compañeros y a respetar el turno de palabra. También va a ser capaz de transmitir ideas de manera que sus compañeros puedan entenderlas y debatirlas. Finalmente, aprenderá a trabajar en equipo y a distribuir el trabajo para avanzar más rápidamente.

No sólo jugar un escape room es importante, también es clave analizar los resultados. Habrá grupos que se organicen de una manera u otra, que distribuyan el trabajo de formas diversas y por eso será crucial, una vez finalizada la actividad, que se analice cómo han trabajo los equipos y por qué algunos métodos funcionaron mejor que otros.

Esto es, precisamente, lo que hacemos desde LumiPakele: desarrollar escape rooms para un público de todas las edades. No obstante, hemos querido centrarnos también en la parte educativa y ayudar así a que los jóvenes encuentren una actividad formativa más entretenida, potenciando la motivación. En nuestros escape rooms, los estudiantes desarrollan la capacidad comunicativa, tanto personal, directa como a través de dispositivos, lo que ayuda a incrementar la curiosidad por estas actividades.

Elaborado por Luis Galdo Co-fundador de LumiPakele