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La educación en la sombra: los hogares con altos ingresos invierten hasta cinco veces más en clases particulares

  • A pesar de que la inversión en este tipo de formación de las rentas bajas es menor, porcentualmente están aumentando
Alumna en clases particulares

Miguel Merino Rojo
Madrid,

La denominada "educación en la sombra", concepto acuñado a comienzos de este siglo, se compone de las actividades educativas que se llevan a cabo fuera de la educación reglada: clases particulares, tutorías privadas y academias especializadas.

En España, un 23% de los hogares y un 24% de los estudiantes recurren a la educación a la sombra para reforzar sus conocimientos académicos. De hecho, durante la gran crisis de 2008, la mayoría de hogares recortaron sus gastos generales; disminuyeron el gasto en ropa, renunciaron al ocio y racionaron las visitas al supermercado. Pero, en este caso, el gasto en clases particulares no disminuyó en España y supuso un gasto medio familiar de 751 euros anuales. Además, al margen del contexto económico general y de la Gran Recesión sufrida, el volumen de negocio se triplicó entre 2006 y 2017, pasando de 246 millones a 732 millones de euros.

La desigualdad económica afecta a la equidad educativa

Estos datos, extraídos del informe "Educación En la Sombra en España: Cómo las clases particulares se están convirtiendo en un bien de primera necesidad", elaborado por Juan Manuel Moreno, profesor titular de la Facultad de Educación de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), muestran una demanda inelástica de estos servicios, es decir, lo que era un bien de lujo se está convirtiendo en un bien de primera necesidad. El informe elaborado a partir de la Encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadística (INE), también arroja algunos datos que sugieren que, durante los próximos años, las desigualdades educativas y sociales se puedan agravar entre las familias que pueden pagar más y las familias que pueden pagar menos.

Por ejemplo, durante el periodo de 2019, las familias con mayor presupuesto llegaron a invertir hasta cinco veces más que las familias con las rentas más bajas. De hecho, de media, las familias más adineradas gastan anualmente 1.023 euros frente a los 550 que gastan de media las familias más humildes.

La tendencia parece apuntar a un aumento generalizado en todos los hogares, reflejando una sociedad cada vez más concienciada sobre invertir en clases particulares para fomentar y facilitar el acceso a las oportunidades de futuro de los jóvenes. "La educación extraescolar online ha experimentado un importante crecimiento, sobre todo desde la llegada de la pandemia.", indica Javier Arroyo, cofundador de Smartick, el método español con miles de alumnos que ofrece programas individualizados de matemáticas y comprensión lectora para niños de 4 a 14 años.

De hecho, este incremento generalizado ocurre principalmente entre los años 2006 y 2014, período de recesión económica que disparó el índice de desempleo, redujo la renta media de los españoles y tuvo un efecto muy notable en la reducción del gasto familiar, incluso en bienes de primera necesidad, pero, en este aspecto, no afectó al gasto de las familias en la formación extraescolar de los hijos.

Para sorpresa, porcentualmente donde más ha crecido el gasto ha sido en los hogares con rentas medias y bajas, dado que "las familias podrían estar bajando su confianza respecto a la escuela formal y recurriendo a clases particulares porque les dan una ventaja añadida a sus hijos que no encuentran en otra parte. Las familias ricas también lo piensan, pero su punto de partida era más alto porque son las que más gastan en clases", según cuenta J.M. Moreno.

Hay diversos factores que pueden estar ocasionando está aceleración y hayan aumentado la demanda de clases particulares en España. Entre ellos, "la percepción creciente de que la calidad de las escuelas ha bajado" y "la desconfianza creciente en las instituciones públicas, incluidas las escuelas, en un contexto de politización creciente del sector educativo y de recesión democrática", unidos a las altas tasas de fracaso y repetición y al clima generalizado de competitividad que existe en la etapa de acceso a la universidad. Por otro lado, hay que destacar, que las familias tienen menos hijos actualmente, y eso permite que puedan llevar a cabo una mayor inversión en cada uno de ellos.

Las clases particulares se centran principalmente en reforzar y recuperar

En España, las clases particulares cumplen principalmente la función de refuerzo y recuperación. Según una encuesta realizada por la compañía educativa GoStudent, en España la principal razón para apuntar a los hijos a clases particulares es la dificultad de los niños con asignaturas específicas, principalmente con las matemáticas. Esta materia supone el 65% de las sesiones de refuerzo contratadas.

Según el informe TIMSS de 2019, documento que mide las competencias en matemáticas y ciencias de los alumnos de 4º de Primaria (niños de 10 años) en 64 países, desarrollado por la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA, en sus siglas en inglés), los niños españoles en esta etapa escolar acuden a clases particulares buscando "reforzar y recuperar" contenidos. Este aspecto que puede cambiar radicalmente en las últimas etapas de la educación. En la educación secundaria, cuando el acceso a la universidad está a la vuelta de la esquina y la exigencia para conseguir buenas notas está en su punto álgido, los alumnos suelen recurrir a la formación extraescolar como una manera de ampliar y perfeccionar sus conocimientos. Javier Arroyo explica que "los resultados logrados por los alumnos que asisten a clases para ampliar o reforzar sus conocimientos son clave: el 94% mejora su cálculo mental y el 83% sube la nota del colegio."

A pesar de esto, en nuestro país la función de remediar y recuperar todavía pesa más que la de ampliar y perfeccionar, lo que a su vez implica que estemos en un estadio menos avanzado que el que se ve en muchos países asiáticos y europeos". Pese al crecimiento sostenido a lo largo del periodo de estudio (2006-2020), sólo el 24% de los alumnos españoles consumen clases particulares. En contraposición, casi un 80% de los alumnos coreanos acuden a este tipo de clases, llegando al 90% en el caso de los japoneses, dada su visión de estos servicios como una herramienta para ampliar y perfeccionar la educación reglada.