Ecoaula
La misión de nuestros profesores
- Las familias reconocen la educación como un proyecto compartido entre colegio y familia
Ecoaula.es
Madrid,
Publicaba hace unos días la Fundación SM los resultados del informe Volvemos a clase, que aborda la situación socioemocional de alumnos y profesores en su vuelta a las aulas tras el período de confinamiento vivido la primavera pasada. La mayoría de los encuestados, sobre una muestra muy representativa de profesores y alumnos, considera que se aprende mejor en el colegio que en casa, manifestándose una tasa de estrés altísima en el colectivo del profesorado escolar.
Complementa esta información la obtenida en otro estudio publicado la misma semana, que analiza la opinión de los padres españoles en relación con la educación de sus hijos: el Barómetro Schoenstatt sobre educación, humanización y futuro. En éste, las familias reconocen la educación como un proyecto compartido entre colegio y familia, donde el profesor es central para la motivación de los alumnos y su estimulación hacia el aprendizaje.
Las familias españolas reclaman una educación que aterrice en la originalidad de cada alumno y, desde el reconocimiento de lo que es, sepa despertar lo mejor de sus capacidades y ayudarle a ofrecer la mejor versión de sí mismo. Una educación así requiere modelos pedagógicos que promuevan una formación cimentada sobre valores sólidos, en opinión mayoritaria de las familias, que piensa que la falta de valores en la educación puede hacer crecer la frustración y los problemas de salud mental en nuestros menores, haciendo surgir generaciones inmaduras e incapaces de gestionar la responsabilidad de la edad adulta. Al mismo tiempo, ejecutar una propuesta pedagógica así requiere educadores altamente cualificados y motivados, dispuestos a dar lo mejor por cada alumno.
El análisis de la información mostrada en ambos informes presenta un panorama preocupante. La realidad es que, para poder ofrecer una educación más humana y enfocada en el alumno, como reclaman las familias en nuestro país, es imprescindible contar con profesores altamente motivados, conscientes del liderazgo al que están llamados y de la altura de su misión como educadores.
Son responsables, con los padres, del desarrollo en bienestar de las generaciones que construirán el futuro de nuestra sociedad.
No parece que un ambiente donde priman el estrés y la ansiedad, enfocado todo hacia el logro de objetivos meramente académicos o curriculares, fomente la mirada individualizada sobre la realidad y las necesidades de cada alumno en vistas a potenciar lo mejor de él con creatividad. Al contrario, un entorno en el que los profesores no ven reconocida su labor, donde se les presentan exigencias para las que no están preparados sin dotarlos de las herramientas, el tiempo y el sosiego necesarios para afrontarlas, es el caldo de cultivo idóneo para la aparición de generaciones insatisfechas con carencias de formación.
En este contexto, y especialmente ante los retos que nos presenta la crisis social y cultural que se levanta ante nosotros, urge repensar, como sociedad, la misión que hemos confiado a nuestros profesores y el reconocimiento que hacemos de su labor. Son ellos una pieza esencial para un desarrollo adecuado de la personalidad de cada uno de nuestros niños, como reconocen las familias españolas. Han respondido con una entrega generosa y grande a las exigencias dramáticas que se nos han presentado este año. Tienen el futuro de nuestro país en sus aulas y no podemos ignorarlo. Merecen un respeto y una consideración enormes.
Elaborado por Pablo Siegrist Ridruejo, Director del Colegio Nuestra Señora de Schoenstatt (Madrid)