Ecoaula

Las universidades cierran y Castells vuelve a desaparecer

  • Cataluña y Granada ya han cerrado durante unos días las universidades
  • Botellones sin control y fiestas multitudinarias son los causantes del aumento de contagios
Manuel Castells, ministro de Universidades

Carmen García
Madrid,

"Altísimamente improbable". Así pensaba el ministro de Universidades Manuel Castells hace un mes sobre el cierre completo de una universidad o facultad. Sin embargo, ha vuelto a pasar. Con una crisis sanitaria y social azotando a todo el país, Castells optó por el silencio y apenas dos ruedas de prensa en todo su mandato. Las universidades tuvieron que hacerle frente a una situación sin precedentes que les obligaba a trabajar a contrarreloj siguiendo los pasos de una pandemia que todavía está dejando mella en las calles.

A pesar de la obligatoriedad del uso de la mascarilla, la distancia de seguridad, la ventilación de las clases o la utilización del gel hidroalcohólico es complicado mantener a raya un virus que todavía sigue ampliando la lista de contagios en la que ya se considera la segunda ola. Las instituciones educativas han optado por una semipresencialidad que les permite desglosar los grupos más numerosos para que se concentren los menos alumnos posibles en las aulas. No obstante, los universitarios vuelven a acaparar el centro de las noticias y no precisamente por su ejemplar comportamiento. Botellones sin control y fiestas multitudinarias en espacios cerrados y abiertos en los que no se respeta ninguna de las medidas sanitarias y de seguridad marcadas por el ejecutivo han llevado a algunas facultades a cerrar las puertas durante unos días y poder controlar los brotes.

La solución, a pesar de todo, está lejos de llegar. El Gobierno no prevé, por ahora, cambiar el protocolo "anticovid" para las universidades. Desde el Ministerio de Universidades consideran que los planes presentados el pasado 3 de septiembre son suficientes y que cada universidad debe tomar sus medidas propias dentro de su autonomía. Sin embargo, en el documento no se concretaba en qué situaciones se debería cerrar una facultad por la aparición de casos positivos. Ya ha pasado más de un mes desde ese momento y la pandemia no ha dejado de crecer y de afectar a cada vez más gente. Ante una situación que debería estar actualizándose cada poco tiempo, la cabeza de las universidades se mantiene al margen.

Simón prefiere alejar el cierre mientras no sea del todo peligroso

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, manifestó su preferencia a no cerrar las universidades, pero insistió en que en algunos casos es necesario para evitar el aumento de contagios. Simón destacó que todas las instituciones de educación están aplicando medidas muy importantes y bien implementadas y que, aunque no se pueda asegurar un contagio cero, ofrece mucha seguridad.

Sí que se mantuvo firme el director de CCAES al insistir en que, si se cierran las universidades, el cierre debería estar acompañado del de los bares, en los que a veces se pierde el control.

Cataluña, Granada y Salamanca, en el punto de mira

Lo que ha enseñado la pandemia hasta el momento es que tomar medidas drásticas puede funcionar. Así, las universidades catalanas han dado un paso al frente y todas las clases se imparten de forma online desde el pasado 15 de octubre hasta el próximo día 30 de este mes. La modalidad telemática no acaba de encajar en algunas comunidades universitarias. Los estudiantes apuntan a que estas clases suelen ser menos extensas que las presenciales y parece que los problemas técnicos, como el audio e imagen, son inevitables. Además, se quejan del alto precio de la matrícula que han tenido que pagar para encontrarse en una situación tan desequilibrada.

Los estudiantes se quejan de lo poco productivas que son las clases telemáticas

Por otra parte, son pocos los profesores que parecen saber utilizar los recursos online que han puesto al alcance las universidades. Esto provoca que se tengan que adaptar forzosamente al ritmo requerido y que, muchas veces, no sea satisfactorio.

La situación de la Universidad de Salamanca es crítica en la actualidad. Hace unos días la consejera de Sanidad, Verónica Casado, afirmaba que se estudiaría hasta cuándo podrían mantener las clases en la ciudad y mantener la docencia presencial en ambas instituciones por el aumento preocupante de los casos covid. Y es que precisamente la USAL iniciaba hace una semana los trámites para expulsar de manera cautelar a 75 estudiantes por la convocatoria de una barra libre sustitutiva de las novatadas.

La USAL expulsa de manera cautelar a 75 estudiantes por la convocatoria de una barra libre

Diez días son los que las autoridades andaluzas echan el cierre a la Universidad de Granada, que abrirá de nuevo sus puertas el próximo 26 de octubre. La realidad es que los datos de incidencia del coronavirus entre los estudiantes de la Universidad de Granada cuentan con un acumulado de más de 400 positivos. Durante la semana que entraron en vigor las medidas restrictivas de la Junta de Andalucía, se decretó también el cierre de colegios mayores y residencias a las 22:00 horas. La decisión de tomar estas normas provocó múltiples protestas por parte de la comunidad universitaria, que criticó que los bares continuasen abiertos.

CRUE reacciona contra el ocio nocturno

Por su parte, CRUE Universidades Españolas considera imprescindible que se garantice el control en las zonas de ocio, sobre todo el nocturno, que es donde más contagios se están produciendo. De esta forma consideran que evitarían que las universidades se vieran obligadas a cerrar campus cuando en el ámbito académico se están cumpliendo estrictamente las medidas higiénico-sanitarias.

Finalmente, CRUE subrayaba que la única forma de garantizar que el curso se desarrolle dentro de los márgenes previstos es tomando medidas que vayan dirigidas directamente a cortar de raíz los contagios.