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Isabel Celaá: "La escuela del siglo XXI debe compensar las desigualdades de origen"
- La ministra de Educación participa en la última entrega de "Conversaciones Aquae"
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Madrid,
En un contexto marcado por la incertidumbre tenemos el reto de garantizar una escuela más equitativa e inclusiva, que sepa compensar las desigualdades de los estudiantes. Unas desigualdades de origen que la pandemia ha podido agrandar. Esta es una de las conclusiones de la última entrega de 'Conversaciones Aquae', publicada hoy. El podcast de Fundación Aquae nos acerca las reflexiones de Isabel Celaá, ministra de Educación y Formación Profesional; y Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía Política y Social e investigador Ikerbasque en la Universidad del País Vasco.
«Además de permitir a sus alumnos superar cualquier condicionamiento de origen, la escuela del siglo XXI debe ser multilingüe y capaz de inculcarles la curiosidad suficiente para que continúen aprendiendo toda su vida; para que sean conscientes de que van a necesitar formarse de manera permanente», explica Celaá.
Innerarity también destaca el papel fundamental que juega la escuela en términos de igualdad: «La escuela, aún con sus problemas y limitaciones, iguala más que los domicilios. Hay viviendas más espaciosas, en las que se puede disfrutar de intimidad, que disponen de wifi o libros y en las que los padres pueden ocuparse de sus hijos; mientras que en otras viven hacinados, sin intimidad, ni wifi, ni libros. En este sentido, la escuela cumple una importante función de igualación».
Dirigido por la presidenta del Consejo de Estrategia de Fundación Aquae, Mariola Urrea, este nuevo 'Conversaciones Aquae' convierte a la educación en uno de los ejes prioritarios de país por ser una de las grandes palancas de la transformación de la sociedad.
La COVID-19 "levanta el velo"
La pandemia del coronavirus ha colocado a la educación como una de las prioridades de la agenda política y social de nuestro país, después de que los colegios españoles hayan estado cerrados durante más tiempo que la media de los 46 países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (en España 16 semanas, frente a las 14 de media de los países que integran la OCDE).
Un tiempo que ha permitido conocer en profundidad la situación de nuestro sistema educativo. «Hemos aprendido que en las etapas de Educación Infantil y Primaria no trabajan bien fuera de la escuela, por lo que debe primar la presencialidad. Sin embargo, en las etapas superiores sí que han podido trabajar y superar sus exámenes con éxito», apunta Celaá, para la que «la digitalización debe incardinarse perfectamente en la práctica docente con el fin de conseguir una educación más personalizada y facilitar el progreso individual de cada alumno a su propio ritmo».
La pandemia ha sacado a la luz también las brechas de desigualdad que existen en la comunidad educativa y en las familias, en relación a las infraestructuras tecnológicas y a la capacidad para utilizarlas; y, por otro lado, ha conseguido ampliar el consenso sobre las debilidades que tiene nuestro sistema educativo en términos de currículum, metodologías docentes, sistemas de evaluación y formación del profesorado.
En esta línea, la titular de Educación considera que esta crisis sanitaria, dentro del drama que supone, ha tenido algunas «virtualidades», como el reencuentro en la comunidad educativa, incorporando a las familias; la incorporación de la mencionada digitalización; y, sobre todo, «la capacidad que ha tenido la pandemia de "levantar el velo" y mostrar las debilidades de nuestro sistema educativo».
«Todas estas necesidades -matiza Celaá- ya están identificadas, así como muchas de las respuestas, en el proyecto de ley que se está tramitando en el Congreso, pero debido a la coyuntura actual debemos resolverlas de manera urgente».
Sociedad del desconocimiento
«Vivimos en una sociedad del desconocimiento», afirma Daniel Innerarity. El autor de 'Un mundo de todos y de nadie; La democracia del conocimiento' considera que antes, nuestro modelo se basaba en la fórmula «a más conocimiento, la ciencia progresa y disminuyen las oscuridades de lo desconocido», pero la COVID-19 ha puesto de manifiesto que «la ciencia es ensayo y error, y que ésta genera, a su vez, muchísimo desconocimiento».
En este mundo lleno de incertidumbres, y que aspira a ser más sostenible, se hace más necesario que nunca el debate acerca de qué contenidos y habilidades deben trabajarse desde nuestro sistema educativo para responder a las nuevas exigencias de esta sociedad en plena transformación. La pandemia y sus consecuencias han precipitado este complejo y apasionante debate al enseñarnos que necesitamos dotar a nuestros niños y niñas de habilidades eficaces para desarrollar su capacidad de resiliencia.
«La mayor parte de los problemas de la humanidad hoy en día requieren de una gigantesca movilización cognitiva; una transformación en nuestra manera de trabajar, relacionarnos e, incluso, de gobernar. En todas las instituciones, niveles y espacios hay que desarrollar actitudes de aprendizaje hacia un mundo para el cual ya no valen, más que en una medida muy pequeña, las viejas recetas del pasado, el saber acumulado de nuestros padres y abuelos. El saber para hacer frente a los desafíos de la humanidad es un saber nuevo que todavía no tenemos», subraya Innerarity.
El programa de podcast 'Conversaciones Aquae', de periodicidad quincenal, nació en mayo, durante el confinamiento, como un espacio de reflexión en Youtube con el que Fundación Aquae quiere contribuir a impulsar aquellos debates estratégicos para el país como es el caso de la educación. 'Conversaciones Aquae' y el resto de podcasts de Aquae se pueden encontrar de forma gratuita en Spotify, Ivoox, Apple Podcast y el resto de reproductores o podcatchers, así como en fundacionaquae.org.