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Lo que podría cambiar en la Educación a partir de ahora

  • La internacionalización de los estudios transformará el mundo de la educación superior

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Madrid,

Las implicaciones de la crisis del coronavirus en la educación a medio y largo plazo, pueden hacernos reflexionar sobre un impacto no intencionado, y positivo en la educación. La educación a distancia implica flexibilidad, también conciliación con la vida personal. La crisis eventualmente pasará y aprenderemos de ella. Este periodo puede ser una oportunidad para generar un acercamiento a nuevos planteamientos educativos que dan más flexibilidad a las personas.

Las formas tradicionales de enseñanza en las que primaba el discurso magistral están cambiando. La Educación (al igual que cualquier otro sistema) se encuentra en constante evolución para adaptarse a los nuevos tiempos. Gracias a los cambios propiciados por la revolución pedagógica y por la revolución tecnológica que supone internet, lo que suceda en un futuro, se antoja hoy como imprevisible.

Según los estudios (o vaticinios) de la Cumbre Mundial para la Innovación en Educación (Wise) son muchos y sorprendentes los cambios que podrían darse en un futuro no muy lejano, potencialidades que ya estamos empezando a vislumbrar. Destacan los siguientes:

Progresivamente la clase magistral irá desapareciendo, el rol del docente será el de guía del alumno, a modo de facilitadores, orientadores o conductores de su propio proceso de aprendizaje.

Se consolidarán metodologías en las que los alumnos preparen sus estudios por su cuenta y formas de aprendizaje en las que el profesor sea el acompañante, expongan sus conocimientos en las clases (flipped class-room), la gamificación, o el aprendizaje basado en proyectos… mostrando a los alumnos que hay que ser críticos con la información, que no todo lo que encuentran en internet es correcto, que deben seleccionar y acudir a las fuentes más fiables, etc.

Estas habilidades que nos proporcionan las competencias digitales permiten que una parte del trabajo se haga en casa y que cada alumno siga su ritmo. Las escuelas se convertirán en redes internacionales, donde los alumnos interactuarán entre ellos y con el profesor, de forma que se produzca un "aprendizaje colaborativo" y el trabajo "ubicuo".

La internacionalización de los estudios transformará el mundo de la educación superior. Internet permite el fácil y rápido acceso a información de todo tipo, así como a múltiples materiales digitales (videoconferencias, redes privadas virtuales, grandes bases de datos en línea, etc.). Esto cambiará la manera de ser de docentes y estudiantes. La red será una de las principales fuentes del saber, por diferentes razones; motiva (uno de los motores del aprendizaje), cuenta con componentes lúdicos que convertirán a la educación tradicional en "entornos interactivos", despertando el interés y el reto de los alumnos al aprendizaje.

- La digitalización también tiene sus inconvenientes; los "nativos digitales" identifican el ordenador con el uso lúdico y el ocio, (jugar, ver videos, chatear, etc.), y no tanto como un instrumento de trabajo. Otro peligro (que nos pasa a todos) es el de la dispersión, bien por el exceso o por la atomización de la información, esto produce distracciones y desvía a los estudiantes de sus objetivos educativos. Otros problemas son la falta de método o el desconocimiento de los criterios de búsqueda, ambos provocan una sensación de desbordamiento y bloqueo del trabajo intelectual.

También se da el caso de que determinados alumnos acostumbrados a la inmediatez, usen la "Ley del mínimo esfuerzo", porque se resisten a emplear el tiempo necesario para buscar y consolidar los aprendizajes y confunden el conocimiento con la acumulación de datos.

-Los alumnos. Hoy son casi infinitas las posibilidades de acceder a nuevas fuentes de conocimiento, por eso el alumno es más exigente en sus expectativas educativas, se convierte en cliente: invierte un dinero y espera un retorno. La educación en el futuro será más cara y durará toda la vida y se dará una mayor movilidad internacional. Cada día hay una mentalidad más universal y menos localista con un perfil más internacional, un ciudadano global que busca a través del aprendizaje un modo de responder a alguna necesidad del entorno. Los horarios se flexibilizarán porque cada vez más estudiantes tendrán que trabajar, y no podrán asistir al horario convencional.

-El aprendizaje será más personalizado, permanente y más caro, en él, primarán las habilidades frente al saber académico, con vistas a buscar trabajo tanto dentro como fuera de su país. Estos aprendizajes se desarrollarán a lo largo de toda la vida del alumno, que tendrá un mayor papel y más activo, y no serán siempre costeados siempre por la Administración Pública.

El currículo estará hecho a la medida de las necesidades de cada estudiante. Los contenidos online serán la principal fuente de conocimiento, incluso por encima de algunas instituciones educativas. Además de una buena preparación académica, -los contenidos académicos-, serán progresivamente más valoradas las habilidades personales y prácticas, las llamadas soft skills.

El horario será más libre y habrá más tarea individual para los alumnos. De modo que la frontera entre la institución educativa y el hogar se desdibujará. El aprendizaje no se restringirá a unas horas y a unos lugares concretos, habrá más cursos online, a mejores precios, a deshoras, con escuelas que den clases en verano y los fines de semana…

La red nos ofrece múltiples ventajas educativas online; la comodidad y facilidad de acceso, la universalidad, la interactividad, los costes de la educación, la ubicuidad, la posibilidad de realizar menos desplazamientos, el teletrabajo etc todos estos beneficios aquí apuntados someramente, nos posibilitan una formación internacional. Además, todas estas ventajas, pueden acercarnos a la conciliación de la formación educativa permanente (e internacional) con la vida personal, con esto conseguiríamos una mejor formación de las personas y en consecuencia una mayor calidad de vida. Lo que estamos viviendo en educación no es una moda es una necesidad.

Elaborado por Alexandra Aarón Silva, Directora de Estudios de la Schiller University International