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Los retos de la formación a distancia para su continuidad en la "nueva normalidad"
- El profesor debe estar en contacto con sus alumnos ofreciendo feedback constantes
Ecoaula.es
Madrid,
Hace ya algunos años que la formación online se estaba preparando, sin saberlo, para hacer frente a esta "nueva normalidad" que ahora nos toca vivir. El desarrollo de las plataformas e-learning, los webinars, las herramientas colaborativas o las clases en streaming han permitido la continuidad de centros educativos y de formación durante los días de aislamiento.
Y es que, además de lo esencial de mantener la actividad laboral en multitud de negocios y organizaciones gracias al teletrabajo, la formación continua es un valor estratégico para las empresas que cada día luchan por abrirse paso en un mercado cada vez más complejo a causa de la pandemia del COVID-19. El repunte del interés por los cursos online, hasta en un 425% durante el confinamiento, corrobora el cambio de paradigma vivido en las últimas décadas respecto al modelo de educación clásico, el presencial. La revolución tecnológica, iniciada a mediados de los años 90, ha permitido que, en muy poco tiempo, miles de años de conocimiento académico estén al alcance de cualquier persona que disponga de un ordenador con conexión a internet.
Pero lo cierto es que todo lo que ahora hemos aprendido de la formación a distancia ya nos lo ofrecía antes de que el coronavirus llegase a nuestras vidas. La realidad que nos ha envuelto durante estos dos últimos meses nos ha obligado a cambiar muchas de nuestras rutinas y reflexionar sobre los valores de los que las habíamos dotado. De la noche a la mañana nuestras casas se convirtieron en oficina y escuela, y por ello debemos reflexionar por qué seguimos formándonos aún en cuarentena y asumir que la formación fuera de las aulas es productiva de igual manera.
El reto ahora es descubrir, cuando todo esto pase, cuáles serán las necesidades a las que tendrá que hacer frente la formación online para adaptarse a la "nueva normalidad", desde las propias organizaciones responsables de la formación, pasando por la accesibilidad de los usuarios y alumnos y una infraestructura tecnológica adecuada.
Una de las necesidades o barreras principales con las que se han topado y a las que tendrán que seguir haciendo frente la mayoría de los sectores, pero especialmente el de la formación, es el de la brecha digital y el uso de herramientas en la red. El hecho de poder participar en una formación a distancia obliga a los usuarios y escuelas a disponer de la tecnología necesaria para su correcto funcionamiento. El auge de las plataformas e-learning, los webinars, las clases en streaming o incluso las herramientas colaborativas que tan apresuradamente se han tenido que adaptar al uso diario de millones de usuarios en todo el mundo, darán paso a nuevas tecnologías que poco a poco se irán integrando en esta dinámica, entre ellas la realidad virtual, La potencialidad de la VR, será enorme por su capacidad para recrear cualquier tipo de entorno, muy útil en situaciones de aislamiento.
Al conocimiento de estas herramientas hay que sumarle disponer de una infraestructura de tráfico de datos lo más global, abierta, resistente, escalable y segura posible para que aguante toda la carga de trabajo telemática que se vive en estos momentos y se estima a futuro. Está será la única manera de dar respuesta a todos los servicios y necesidades de las personas, instituciones y empresas. En este sentido, un elemento crucial son los Internet Exchange Points, fundamentales para mejorar la calidad del rendimiento de las aplicaciones y comunicaciones digitales - en empresas o centros de formación, entre otros ámbitos -. Los servicios de interconexión deben permitir que la comunicación se produzca a través de la ruta más corta y de la forma más segura.
Además de esta constante inversión en transformación digital, no menos importante es seguir manteniendo la motivación de los alumnos y aquí, la figura de los profesionales docentes sigue teniendo un papel clave. Los profesores están cada vez más obligados a reinventarse, y ahora más que nunca para adaptarse a las nuevas tecnologías y crecientes necesidades de sus alumnos. Los objetivos deben estar bien definidos y la documentación e información proporcionada se tiene que adaptar al potencial y las características que ofrecen las muchas herramientas digitales disponibles. El profesor debe estar en contacto con sus alumnos ofreciendo feedback constantes y verificando la comprensión de los alumnos. Además, deberá proporcionar ideas y estímulo que mantenga su interés.
Seguramente de manera intermitente y con un consumo más bien bajo, sigamos formándonos a distancia, pero será un porcentaje mayor de la población la que lo haga y lo más importante, la tecnología habrá avanzado con ella y las nuevas generaciones ya lo han probado y saben que funciona si se hace bien.
Elaborado por Daniel Hidalgo. Responsable de Digital Experience School (DEXS) en atSistemas