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Ciencia y mujer en clave de oportunidad

  • El bachillerato científico y tecnológico no está a la cabeza de lo que eligen nuestros alumnos

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Madrid,

Las estadísticas son contundentes: la mujer continúa estando muy poco representada en la ciencia. Solo 17 mujeres han ganado un Premio Nobel de Física, Química o Medicina desde Marie Curie en 1903, en comparación con los logrados por 572 hombres. En la actualidad, el 28% de los investigadores del mundo son mujeres y en España sólo el 25 % de los alumnos que elige una carrera del ámbito STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). En el caso de las ingenierías, el porcentaje se reduce a menos del 12%.

En los últimos años, se ha tomado mayor conciencia de que, para que nuestra sociedad tenga un futuro más próspero y sostenible, hay que dar la vuelta a estas cifras. Así, el 15 de diciembre de 2015 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 11 de febrero Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia con el objetivo de incentivar acciones educativas y de sensibilización social para lograr una mayor presencia de la mujer y las niñas en la ciencia.

Las últimas estadísticas señalan que el año próximo quedarán vacantes medio millón de puestos en tecnología en Europa. Sin embargo, el bachillerato científico y tecnológico no está a la cabeza de lo que eligen nuestros alumnos y menos todavía nuestras alumnas. Nuestro sistema educativo es deficitario en lo relativo a la orientación académica y profesional de los alumnos, así como las metodologías didácticas para la enseñanza de las disciplinas STEM, a menudo muy teóricas y alejadas de la práctica y del impacto social de las mismas. Estos factores se agudizan aún más cuando hablamos de género. Los estereotipos sociales que asignan un rol específicamente masculino a las profesiones científico-tecnológicas y la falta de referentes femeninos que sirvan de inspiración a las alumnas hacen que ya en los últimos cursos de la ESO muchas alumnas hayan desestimado este camino. Y por ello no es sorprendente que las cifras de incorporación de las mujeres a las carreras científico-técnicas no mejoren.

Inspirar, educar y empoderar a la próxima generación de mujeres líderes en ciencia y tecnología no es solo una oportunidad para el desarrollo del talento y el crecimiento de las economías basadas en el conocimiento, sino también una responsabilidad social que favorece la igualdad de oportunidades y el logro de los objetivos de la Agenda 2030.

Una responsabilidad que diferentes instituciones -como es el caso de la Fundación ASTI- han situado en su agenda de prioridades de los últimos años, apostando por el talento femenino y trabajando día a día para incrementar las vocaciones tecnológicas entre las más jóvenes, a través de proyectos e iniciativas que se desarrollan gracias al ecosistema de colaboración público-privado. El programa STEM Talent Girl ha posibilitado que muchas niñas y jóvenes de diferentes puntos de España se acerquen a la ciencia y a la tecnología para entender mejor el valor que pueden aportar a la sociedad desde este campo y para poder decidir su futuro con mayor conocimiento y menos ideas preconcevidas.

La ciencia también es cosa de mujeres y necesita de más niñas que sigan el camino de esas pioneras que contribuyen a dar respuesta a los grandes desafíos a los que se enfrentan hoy organizaciones públicas y privadas.

Elaborado por Emma Fernández Vicepresidenta de la Fundación ASTI