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"Los niños del Amazonas tienen que ir en canoa al colegio y nosotros solo cruzar dos pasos de cebra"

  • ProFuturo celebra el Día Universal del Niño con un diálogo de niños españoles sobre niños de otros rincones del mundo

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Madrid,

ProFuturo ha celebrado hoy el Día Universal del Niño dándoles la voz a ellos, los protagonistas. Un diálogo entre niños españoles sobre niños de otros rincones del mundo ha dejado patente esta mañana que al margen de vivir realidades muy diferentes, todos comparten el afán por aprender y el sueño de un futuro mejor. Con la ayuda de los alumnos de 6º de primaria del Colegio Salesianos Estrecho de Madrid, el programa de educación digital de Fundación Telefónica y "la Caixa" ha inaugurado hoy la muestra fotográfica El poder transformador de la e-ducación, que invita al espectador a emprender un viaje por algunas escuelas del mundo adonde ProFuturo ha llevado la educación digital.

Los alumnos españoles han sido portavoces de la experiencia educativa de la angoleña Emilia, el brasileño Cristiano y la filipina Nicole, inmortalizadas por la cámara del fotoperiodista afincado en Nairobi (Kenia) Ismael Martínez Sánchez, quien viajó a estos tres países para conocer de primera mano el día a día de estos niños y cómo la educación digital está transformando sus vidas.

Realidades lejanas, pero no tan ajenas

Al ponerse frente a Emilia, Cristiano y Nicole, los alumnos del Colegio Salesianos Estrecho han reflexionado en voz alta sobre su propia experiencia, y sobre cómo se asemeja y distingue a las realidades captadas en las fotografías.

"A través de las fotos he aprendido cómo es la vida de niños de otros países y cómo van al colegio y también usan la tecnología como recurso escolar y de ocio", ha explicado Javier, de 11 años, a quien le ha sorprendido que Cristiano, de 10, tenga que cruzar un bosque con loros, armadillos y jaguares e ir en canoa por un río con caimanes para llegar a su escuela, ubicada en la comunidad de de Três Unidos, a 60 kilómetros de Manaos, en la selva amazónica de Brasil.

"Yo voy caminando al colegio, pero tardo diez minutos y como mucho tengo que cruzar dos pasos de cebra", ha puntualizado.

Sin embargo, a Ramón, de 12 años, no le parece tan distinta su vida de la de Emilia, que tiene 9 años y vive con su familia en una casa con techo de latón en el conflictivo barrio de Huando, en la periferia de Luanda, capital de Angola. "Tiene amigos, familia, una cada y va a la escuela", ha comentado este niño de origen dominicano, a quien la foto que más le gusta de la muestra es una de Emilia con su hermana y madre porque él también disfruta del tiempo que pasa con su familia. Después de recoger agua para el aseo familiar, como él, todas las mañanas Emilia se pone la mochila y emprende el camino al colegio. Para llegar, en su caso, tiene que atravesar montañas de escombros y basura.

Este diálogo de niños sobre otros niños, facilitado por la fotografía, ha permitido conectar distintos mundos y que los alumnos comprendan que el poder transformador de la educación digital no entiende de fronteras y convierte al mundo en una aldea global.

"Ellos también usan tablets en clase y hacen ejercicios en grupos", ha explicado Itziar, de 11 años, que ha contado cómo en su colegio de Madrid usan mucho la tecnología porque "los libros están metidos en un portátil". A Chouaab, otro de los alumnos del Colegio Salesianos, la clase de la filipina Nicole le recuerda a la suya porque "es grande y está muy decorada". Ambos comparten también sueños e ilusiones. Chouaab quiere ser arquitecto y por eso se aplica en matemáticas; a Nicole le encanta leer y su asignatura favorita es inglés. De mayor quiere ser auxiliar de vuelo, quizás porque en Malabón, la pequeña y superpoblada ciudad en la que vive al norte de Manila, siempre hace mucho viento y a veces los tifones y las lluvias hacen imposible el camino de casa al colegio.

Mirarse para poder mirar y entender al otro

Para prepararse para su papel de cicerones de esta muestra fotográfica y ser protagonistas en su día, los alumnos del Colegio Salesianos Estrecho han participado durante cuatro semanas en un taller sobre fotografía, el autoretrato y la autoproyección.

Una de sus profesoras, Laura Serrano Díaz, ha explicado que los alumnos "han hecho un viaje introspectivo de sus propias vidas y han podido ver que hay niños que viven en otras partes del planeta en contextos muy diferentes". "Este ejercicio ha servido para que entiendan que muchas veces nos sentimos desgraciados por cosas que nos pasan en el día a día, pero que tenemos que sentirnos agradecidos por todo lo que tenemos", ha indicado.

Por su parte, María Valle Lorenzana, ha destacado que la experiencia también ha sido muy positiva porque ha cambiado la perspectiva de sus alumnos sobre cómo se lee una fotografía en un momento en el que empiezan a usar las redes sociales. "Nos comentaban que a raíz del taller van a pensar más qué imágenes suben a Internet y cómo y cuándo lo hacen", ha comentado.

Una poderosa herramienta para transformar el mundo

Las historias de Emilia, Cristiano y Nicole forman parte del libro Compromiso con la e-ducación, que ha presentado hoy la directora general de ProFuturo, Magdalena Brier, quien ha destacado que "la educación digital es la herramienta más poderosa para transformar el mundo".

"Hasta hace muy poco, el lugar del mundo en el que nacían los niños era determinante para su futuro. Aún hoy todavía sigue siéndolo, por desgracia, en demasiados lugares. Pero eso está cambiando porque la tecnología puede llevar la educación a los rincones más remotos del planeta", ha señalado. ProFuturo, ha explicado su directora general, quiere contribuir a este cambio y por eso trabaja para llevar educación digital de calidad a los entornos más vulnerables del mundo, a los lugares donde hay grandes necesidades y pocos recursos.

Según Naciones Unidas, la matriculación en enseñanza primaria alcanza la cifra del 91% de los niños de países en desarrollo, pero todavía 57 millones de niños, especialmente niñas, en el mundo siguen sin asistir a la escuela. Más de la mitad viven en África Subsahariana.

Profuturo comenzó a trabajar en julio de 2016, ha beneficiado a 8,2 millones de niños y niñas y formado a más de 300.000 docentes en 32 países de Latinoamérica, África y Asia. El objetivo del programa es llegar a 10 millones de niños y niñas en 2020 y a 25 millones en 2030. Para ello, se apalanca en la tecnología, que permite eliminar las barreras geográficas y las paredes de las escuelas.

Treinta años mejorando los derechos de los niños

El CEO de Save the Children en España, Andrés Conde, ha clausurado el acto recordando que hoy también se celebra el 30 aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, que "ha implicado mejoras increíbles en las formas en las que el mundo trata a la infancia, sobre todo en los lugares donde es más complicado ser niños y niñas". "La consagración del derecho a la educación es una de las cosas más importantes que ha conseguido la convención", ha indicado tras sacar a relucir que hoy 90% de los niños del mundo están escolarizados en educación básica. "El reto ya no es que vayan a la escuela sino que aprenda a través de una educación básica de calidad", ha concluido.

En este aniversario, Javier ha querido recordar a los adultos que "los niños tenemos derechos como tener una familia, una educación y amigos, además de poder jugar libremente y no ser excluidos". "Si los niños no tenemos derechos no podríamos ir al colegio y llegar a ser inteligentes de mayores", ha añadido su compañera Li, que de mayor quiere ser maestra "para enseñar a los niños que todos somos iguales".

Este relato fotográfico, que plasma el compromiso con la educación de ProFuturo y su trabajo para contribuir a transformar las vidas de millones de pequeños como Emilia, Cris y Nicole, se podrá ver en el Espacio Fundación Telefónica hasta finales de enero.