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Historia de un desatino: cómo hemos llegado al desequilibrio entre facultades y especialistas
- En España tenemos un sistema de entrada a las facultades que funciona con notas de corte
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Madrid,
En algún momento será preciso realizar una revisión integral de todo el proceso formativo que nos lleva a seleccionar los mejores expedientes académicos para entrar en nuestras Facultades, y proporcionar a la sociedad los profesionales que precisa para una correcta atención sanitaria.
Para saber si las Facultades de Medicina son muchas o pocas, debieran tenerse en cuenta los cálculos de la salida laboral y adaptarse a las necesidades, no del presente, sino del futuro, ya que los estudiantes que han ingresado en las Facultades de Medicina españolas este curso académico entrarán a formar parte de los profesionales especialistas de nuestra sociedad en 2030-31.
En España tenemos un sistema de entrada a las facultades que funciona con notas de corte, donde la de las Facultades de Medicina están entre las más altos. Sistema que controla la oferta de plazas para controlar la demanda. Pero realmente no es todo tan fácil, ya que influyen otros factores cuyo alcance es difícil de establecer, como el número de estudiantes que por nota no ha podido entrar en las facultades españolas y que marchan a realizar el grado de Medicina al extranjero, regresando después, o las homologaciones de títulos extranjeros.
Parece clara la existencia de un embudo en el MIR y un desequilibrio que precisaría corregirse, disminuyendo plazas de estudiantes o incrementando plazas de MIR, pero ni es fácil, ni estas son las premisas que parecen seguirse.
Sobran Facultades de Medicina, la oferta de plazas de Medicina aumenta cada año, el número total de estudiantes de Medicina se reduce, pero las plazas MIR son cada vez más insuficientes y el déficit de médicos, fruto de las jubilaciones masivas que nos amenazan, es mayor. Cada año se gradúan unos 7.000 médicos, de los cuales, 4.000 no conseguirán plaza. En el primer semestre de este año se expidieron 2.540 certificados de idoneidad para trabajar en el extranjero de los cuales, 1.671 eran de médicos: un 20% más. Justo cuando más plazas de MIR se ofertan es cuando más se van estos médicos especialistas a otros países de la Unión Europea.
En esta situación, no es congruente la necesidad de reducir el número de plazas de las Facultades de Medicina con abrir nuevas Facultades, 14 en los 10 últimos años. ¿Qué consecuencias son esperables? Si incrementamos las Facultades, perpetuaremos el problema, más estudiantes, mayor embudo en la convocatoria MIR y mayor incremento de la bolsa de aquellos que no obtendrán plaza MIR. Se estima que se acumulará una bolsa de trabajadores de 2.500 médicos en 2026 que no conseguirán especializarse y, por tanto, realizarán un trabajo que no requiera la titulación, abandonarán España o dejarán la Medicina. Pero, además, habría que tener en cuenta que los profesores se están reduciendo, que se competirá por los docentes en hospitales y dispositivos sanitarios tanto para estudiantes como para residentes y, por tanto, decaerá la calidad docente y asistencial.
Cada vez que se autoriza en una Universidad la apertura de una nueva Facultad de Medicina, por razones que nada tienen que ver con las necesidades de profesionales, se agrava la situación, y lo peor, se desequilibra más este equilibrio inestable.
Los Ministerios de Sanidad y Educación, y las 17 Comunidades Autónomas, deberían tomar decisiones que encaucen esta situación y la retiren de la deriva actual de ineficiencia y pérdida de recursos humanos y económicos que no podemos permitirnos.
Elaborado por Dra. Pilar Rodríguez Ledo y Dra. Mariam de la Poza Abad, Miembros del Grupo de Trabajo de Educación Médica de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).