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Francisco Cid: "La función social formativa de la familia ha pasado a un segundo plano debido al ritmo de la sociedad"

  • Considera que la importancia de las tecnologías está en el uso que se les de

Carmen García
Madrid,

Organizado por IFEMA, SIMO EDUCACIÓN reunirá durante los próximos 5, 6 y 7 de noviembre a las marcas líderes en tecnología y contenidos digitales para la enseñanza en el evento de referencia tecnológica para los profesionales de la actividad docente. Uno de los puntos fuertes de este evento recae en las diferentes conferencias que darán profesionales de este campo. Francisco Cid, maestro de educación infantil y primaria, se centrará en la importancia de la familia en el proceso educativo y realizará un viaje histórico mostrando las principales colaboraciones entre familia y escuela hasta desarrollar la metodología "Cuestiones de Interés". 

¿Cómo ha evolucionado el papel de la familia en la educación a lo largo de la historia?

Antes de la existencia de las cuatro paredes que limitan el entorno educativo como lo entendemos hoy en día, la educación, la enseñanza, era una función única y exclusiva de la familia. En el principio de los tiempos, cuando aun andábamos semis-erguidos, cuando nuestras moradas se reducían a frías y lúgubres cuevas, cuando las directrices de supervivencias era el cazar y no ser cazado, las herramientas, las técnicas necesarias para tal menester se aprendían a través del aprendizaje vicario, a través de la imitación. Un aprendizaje basado en la observación entre los miembros de una comunidad. A medida que el cerebro empezaba a desarrollarse, que los procesos psicológicos superiores se hacían más complejos, la imitación no bastaba en el proceso aprendiz, por lo que se requería la presencia de los primeros "magisters" o maestros para la instrucción de los sujetos. Esta figura generalmente demandaba un poder adquisitivo familiar que no todos tenían,de ahí que la mayoría de los procesos educativos recaían en las familias. Un ejemplo claro lo vemos en la sociedad griega donde las casas poseían unas dependencias llamada "gineceo" en la cuales las "matronas" se encargaban de la educación de los hijos basándose principalmente en el juego hasta los siete años de edad. Posteriormente se iniciaba en el trabajo del progenitor o se accedía a las academias, derivadas del Dios clásico, Academo.

La mayoría de las civilizaciones tradicionales, Egipcios, romanos, Espartanos, incluso en la vieja Europa, el modelo era elitista, misógino e imitativo, de tal manera que sin el poder económico necesario la formación se basaba en el oficio del padre o las tareas de la madre, dependiendo del sexo con el que hubieses nacido.

Siempre digo que cuanto mejor le va a una sociedad peor le va a la relación familia/educación, entendiendo esta última como la función educativa de sus miembros, y a la inversa. La explicación es sencilla, no solemos llevar a los hijos a la escuela cuando caen bombas alrededor, por lo que esa formación, recae en la progenie.

"Cada vez tenemos menos tiempo para "formar" a nuestros hijos, ni tan siquiera en el uso de la palabra o el simple juego"

Actualmente la función social formativa de la familia, ha pasado a un segundo plano, debido al alocado ritmo que presenta la sociedad actual. Cada vez tenemos menos tiempo para "formar" a nuestros hijos, ni tan siquiera en el uso de la palabra o el simple juego. Alumnos que acceden a la escuela cuando aun el sol no despierta y la abandonan a altas horas de la tarde, esto, unido al cansancio de los padres, hace que el tiempo familiar, se reduzca solo a...tiempo.

En la actualidad, ¿deben los padres adquirir un rol concreto en la educación de los hijos?

Sin duda alguna, no olvidemos que los padres son el espejo en el que sus hijos se reflejan. Salvo contadas ocasiones, los hijos harán aquello que sus progenitores hagan. Padres y madres demasiado indulgentes crean hijos consentidos y sin referentes normativos. Progenitores rudos y severos, crean descendencia tiranas y autoritarias. El niño, debe tener un referente capaz de ofrecer cariño y a su vez imponer la norma cuando sea necesaria, por el bien de ellos, un sistema situado entre los dos anteriores basado en amor y firmeza a partes iguales. Recuerdo una ponencia que dí hace unos años en la cual una madre afirmaba e insistía que ella no era quién para poner normas, que su hijo debía crecer libremente de acuerdo a sus principios. Mi respuesta fue clara y contundente, "señora mía, no le explique usted a su hijo la importancia de no pasar cuando el semáforo esté en rojo, y verá las consecuencias de una enseñanza sin normas".

¿De qué forma pueden ayudar a los alumnos en etapas más complicadas como puede ser la adolescencia?

Antaño se creía que el término "adolescencia" provenía del vocablo adolecer que venía a significar cierta carencia, defecto o vicio. Hoy en día sabemos que su origen es otro pero en cierta medida no iba desencaminado. El adolescente carece de miedo, tiene cierto vicio en reafirmar su yo y por ende padece el defecto de creer que todo el mundo va en su contra a la vez que este gira alrededor de él. Mi experiencia en el trato con los infantes me dice que en un alto porcentaje , la problemática grave en algunos adolescentes, se debe a un defecto de carencia familiar en los primeros años de vida. La adolescencia requiere comprensión, necesita paciencia y sobre todo unos pilares fuertes en los que refugiarse cuando el defecto, el vicio o la carencia haga acto de presencia. Si no existe ese vínculo familiar, si ha tenido un modelo indulgente, no sabrá donde está sus límites y accederá a aquellos lugares y productos que nunca debió conocer. Si por el contrario tuvo un modelo autoritario su forma de actuar será severa, rígida y dictatorial, ya que considerará que esa es la manera de proceder la cual ha vivido y normalizado.

Una relación cómplice, basada en el respeto, la comunicación, el conocimiento y el cumplimiento de la norma consensuada, hará que el mancebo tenga un lugar donde refugiarse y acudir ante cualquier adversidad.

La tecnología está afectando a la forma de adquirir conocimientos de los alumnos. ¿Cómo deben comportarse los padres ante estos cambios?

La tecnología es una realidad que nos ha tocado vivir a los padres de hoy en día. Tiempo atrás ,uno comía en la terraza de un bar con la banda sonora del berrinche de sus hijos, hoy prima la comodidad, el bienestar personal y el qué dirán, así que una buena tablet o móvil, hará la misma función que el mejor de los opiáceos. La tecnología no es beneficiosa ni perjudicial, depende del uso que se le dé y la finalidad que tenga. Nadie le diría a un controlador aéreo que estar ocho horas mirando una pantalla es malo, ya que es su trabajo y son los que velan por la seguridad de los pasajeros-independientemente de los problemas de presbicia , pero ese es otro cantar-. No obstante, si ese mismo contralor se pasa ocho horas diarias en sus vacaciones jugando a videojuegos, ahí la cosa cambia, puesto que independientemente de la mera diversión, la utilidad es nula.

"Sabiendo darle un uso, con un control, en una zona común y un tiempo adecuado puede ser un sistema de aprendizaje"

Si aplicamos la tecnología con cabeza, puede ser una herramienta educativa de primer orden. Sabiendo darle un uso, con un control, en una zona común y un tiempo adecuado puede ser un sistema de aprendizaje de primer orden y es ahí donde los padres deben entrar en liza. Un estudio realizado en Canadá con más de 2000 niños, demostró que a mayor cantidad de horas pegados a la pantalla de un dispositivo, peor era el desempeño en edades críticas de desarrollo. La ciencia avala los resultados nocivos del uso indiscriminado, ahora la pelota está en el tejado de los padres para que sean plenamente consientes de ello.

A veces la forma en la que actúan los progenitores con los tutores o docentes queda en entredicho, ¿cómo deberían de afrontar esta etapa?

Siempre digo que un docente no se levanta una buena mañana para hacerle la vida imposible a un alumno. La cordura y el sentido común deben indicarnos que cuando se reprende a un alumno, es por su bien. Recuerdo cuando era pequeño y el maestro o la maestra de turno me reñía. Un sudor pálido me recorría la frente al ver como Don o Doña tal, escribía en un pequeño recorte cuadriculado el motivo de mi mal comportamiento. No temía el motivo, sino a la consecuencia. El respeto a la figura de mi padre y la desagradable regañina que me iba a caer. Hoy en día, la situación se ha tornado, y la regañina, le cae al docente de turno. Abogo desde mi primer día de profesión por una comunidad educativa, entendiendo como tal, la implicación de TODAS sus partes. No quiero ser el paladín de la causa, pero al menos déjenme ser el mediador. Permítanme que cuando oigan la cantidad de vacaciones que tienen los docentes, el dinero que ganan o lo poco que trabajan, lo pongan en duda. Déjenme que cuando oiga "lo mal que vienen los niños", "la poca vergüenza que gastan" o lo mal educado que vienen, entiendan el por qué. Ambos bandos se "atacan" porque desconocen lo que cada uno hace. Las puertas de mi clase están abiertas, cuando participan de la metodología, cuando ven lo que es "lidiar" con no menos de 25 alumno sin ayuda, es cuando vienen y te dicen, "pues en realidad, tiene usted pocas vacaciones, trabaja una barbaridad y no gana el dinero que debiera". Y el docente , comprende que el desaire de "Juanito" o "María" no es por gusto sino que cada hogar es un mundo y cada mundo tiene una razón.

Los deberes han sido muy criticados, ¿hasta qué punto es importante que los alumnos no tengan un refuerzo de la materia dada en casa?

El cometido de hacer algo, es sin duda alguna que lo que se haga, tenga una utilidad. Los tiempos cambian y recuerdo las tardes de bocadillo y plazoleta, previa realización de los deberes. Eran otros tiempos, el niño era niño y tenía tiempo para serlo. Hoy en día vivimos en el quiero y no puedo, en el "si tú tienes, yo también" en el "quiero lo mejor para él", lícito por otro lado, pero terriblemente consecuente. Las jornadas maratonianas de algunos progenitores en su trabajo, hacen que el sistema se escude en la escuela para adquirir funciones antaño no correspondidas. Niños que se levantan a las 7 de la mañana para ir al aula matinal, que se quedan al comedor, que realizan extraescolares,la clase de inglés,que últimamente va la vida en ello , la catequesis para poder darle la mano a Mickey Mouse...hacen que la jornada de un niño, supere con creces la de un adulto. Y ahora resulta que Don Nicolás o el simpático maestro Luis, ha mandado unos deberes. Y para colmo de males son las nueve de la noche y los padres se percatan a esa hora de la "triste" noticia. O una de dos, o lo hace el papá y la mamá de tal, o tenemos al niño trasnochando, o simplemente , nota de agenda al canto expresando la ineptitud del docente. Así que como comprenderán, la utilidad es completamente nula. ¿Quieren mandar deberes? Bien, no lo veo mal. Pero con la mesura del prudente y la capacidad empática del que los recibe. Un consejo, no le den carácter de obligatoriedad, se ahorrarán muchos problemas.

El tiempo que los padres dedican al ocio de sus hijos puede verse afectado por diferentes razones. ¿Hasta qué punto es importante que jueguen con los más pequeños?

Cuando hablo con mis familias y les doy la oportunidad de entrar en mi aula y convivir con nosotros, les digo que el tiempo que pasen con ellos lo ganarán en recuerdos. Seguimos, en términos emocionales, viviendo en cavernas. Necesitamos el afecto, el cariño, la emoción de quién nos quiere, porque eso nos hará querernos. En mi último libro "Cuestiones de interés" , aludo a un ejemplo de la importancia del contacto social, y sobre todo familiar, haciendo alusión a los orfanatos rusos posteriores a la segunda guerra mundial. Grandes hileras de niño, autoacunándose para no morir de la llamada "soledad del neonato", o lo que es lo mismo, la ausencia de abrazo de la figura de apego, de palabras bonitas, del olor de la madre. Sé que el socorrido argumento de la soledad del trabajador, impide pasar tiempo con aquellos que más queremos, pero si queremos permanecer en sus recuerdos, debemos ganarle tiempo al tiempo. Os lo dice uno que está escribiendo este artículo, con su hija Carlota en las rodillas.

¿De qué trata la metodología "Cuestiones de Interés"?

Me llevaría un periódico entero, explicar en enfoque metodológico de las cuestiones de interés. Os puedo adelantar que se trata de una manera de trabajar, de aprender, de sentir, de vivir, donde es el niño el que confecciona su propio currículo y son sus padres, abuelos, tíos, y docentes, los encargados de desarrollarlo. A través de una comunión de familias pocas veces vista, donde el que puede, ayuda al que no, donde el que sabe, ayuda al menos ávido. Donde las familias se ayudan unas a otras formándose en el uso de la pizarra digital, portales educativos, y portales educativos.

Donde se piden días sin sueldo para poder resolver la cuestión, donde el riesgo de exclusión social, se queda solo en riesgo.

Una metodología que ha sido reconocida con varios premios internacionales a la innovación y excelencia educativa, que quedó entre las dos mejores experiencias educativas del país en 2017

, que viaja por decenas de colegios de España y México y que - como colofón-ha sido galardona con el premio a la mejor experiencia de integración, diversidad e inclusión por SIMO 2019.

En definitiva, una experiencia de vida para la vida.