Distribución
Bodegas del Nero: "Los vinos de Madrid no tienen nada que envidiar en calidad a los de Rioja o Ribera"
Javier Romera
Localizada en Chinchón, Bodegas del Nero presume de ser la más antigua de Madrid. Fue en 1870 cuando Alfredo Rodríguez se lanzó a la elaboración de vino, un negocio del que ahora se ocupa ya la quinta generación.
Roberto y Álvaro López del Nero han tomado las riendas, con el objetivo de potenciar las variedades de uva autóctona y buscar, además, un hueco en el mercado exterior.
¿Cuál ha sido la evolución de Bodegas del Nero?
Fue fundada por mi tatarabuelo para la venta de vino de pellejo, únicamente por la región. Entonces, a finales del siglo XIX, los crianzas venían de Rioja y no había otro camino. Fue mi bisabuelo, Pedro del Nero, el que la modernizó, hizo los depósitos, empezó a vender fuera, y entró en restaurantes como el mítico Joc-key. En 1975 se hizo cargo mi abuelo, Jesús del Nero, que incorporó la bodega a la denominación de origen Vinos de Madrid, que se constituyó en 1990. La bodega fue gestionada, posteriormente, por mi madre y mi tío, hasta que en 2015 nos hicimos cargo mi hermano y yo.
¿Y cuál es su filosofía?
Hemos decidido seguir lo que nos decía mi abuelo y recuperar las formas tradicionales, llevando a cabo, por ejemplo, un primer envejecimiento en las tinajas en lugar del acero, elaborando de una forma más artesanal, más natural. Apostamos, además, por variedades como mal-var, airén, tempranillo, tinto fino o graciano.
¿Y tienen producción propia?
Sí, toda la uva es nuestra. Tenemos 40 hectáreas de viñedo y producimos entre 70.000 y 80.000 kilos, aunque poco a poco queremos ir incrementando esta cifra. Nuestro objetivo es controlar todo el proceso de producción, de un modo similar a los vinos de pago. De hecho, al margen de los crianzas, que comercializamos bajo la marca Neri, tenemos también un vino de autor, Valdeliceda. Mi hermano es el enólogo y el que supervisa la elaboración del producto.
¿Y dónde concentran sus ventas?
Fundamentalmente, en la Comunidad de Madrid, pero estamos exportando también algo a Inglaterra y tenemos la intención de hacerlo igualmente en Alemania. A veces es más fácil vender el vino de Madrid fuera de España que en otras comunidades autónomas, porque hoy Rioja, por ejemplo, sigue teniendo mucha penetración y es muy complicado competir.
Pero los vinos de Madrid están ganando cada vez más presencia en el mercado...
Sí, el vino de Madrid está creciendo con fuerza en los últimos años, porque la calidad ha mejorado mucho y no tiene, de hecho, nada que envidiar a las bodegas de Rioja o Ribera del Duero. Y también, gracias a la gran labor que está haciendo el Consejo Regulador. En dos años hemos pasado de vender dos millones a tres millones de botellas y estamos exportando cada vez más a países como Alemania, Inglaterra o Reino Unido. Lo que hay que hacer es seguir invirtiendo en marketing y promoción.
¿Apuestan más por la venta en restaurantes o en la distribución?
En la distribución es mucho más complicado. Estamos centrados únicamente en restaurantes y en la venta en vinotecas, en tiendas especializadas. Y tenemos también venta a través de Internet, distribuimos a través de Cargo Wine.
¿Considera que el turismo puede servir de impulso al vino?
Desde luego que sí. En Chinchón, al tratarse de una localidad muy próxima a Madrid, disfrutamos de un gran volumen de turistas, que vienen de todas las partes del mundo. Nosotros recibimos visitas de América, Asia, Europa y hasta de Nueva Zelanda. El turismo está impulsando, sin duda, los vinos de Madrid.