Distribución

La industria española del aperitivo prevé crecer el doble que en 2015

  • Sus ventas se animan por el aumento del consumo

Gema Boiza

Según Agustín Gregori, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Aperitivos (AFAP), esta industria cerrará el año con un crecimiento del 3% en valor respecto a la cifra de 2015, superando por tanto los 2.000 millones de euros de facturación. "Al principio del año nuestro objetivo era repetir las cifras de 2015, cuando nos faltó poco para llegar a las 300.000 toneladas de producción, pero ahora sabemos que las vamos a mejorar", sostiene.

Entre las razones de esa mejora, el también consejero delegado de Grefusa destaca la mejora de la economía nacional y el repunte del consumo tanto en los hogares como en la hostelería, muy animada a su vez por el tirón del turismo. "La industria española del aperitivo puede estar contenta porque ahora mismo estamos liderando, junto a Reino Unido y Holanda, el crecimiento de este sector a nivel europeo. Somos un país muy competitivo que cuenta con una climatología fantástica, pero estar en el top tres de Europa no es una casualidad, es el resultado de haber hecho un gran trabajo", apostilla.

Innovación

Un trabajo en el que, según matiza, la apuesta por la innovación ha sido una pieza clave. "Crecer en un entorno en el que decrecía la hostelería no ha sido fácil; si lo hemos conseguido y si lo hemos hecho de manera consistente durante los años de crisis, es porque hemos invertido en innovación".

Una innovación que ha diversificado tanto los formatos de los paquetes en que se venden los aperitivos, con tamaños más pequeños, de uso individual y más grandes, de uso familiar, como los sabores. "Del sabor a jamón y queso hemos ido evolucionando y nos hemos sofisticado muchísimo para ofrecer nuevos gustos al consumidor", explica Gregori.

Entre los logros que el directivo destaca de los últimos años figura el que esta industria ha hecho para que sus productos fueran mejores a nivel dietético y nutricional.

Según recuerda Gregori, en la última década la industria del aperitivo ha dejado a un lado las grasas trans y saturadas, para usar sólo aceites en sus procesos productivos, y ha disminuido la cantidad de sal que echa a sus productos.

De sus datos se extrae que las patatas fritas que ahora comercializan las empresas vinculadas a AFAP tienen un 15% menos de sal que hace una década, mientras que los frutos secos tienen entre un 19 y un 21% menos.

Logros a los que según la patronal se unirán nuevos en breve, después de que la asociación se haya comprometido con la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) a reducir otro 5% adicional los niveles de sal en sus productos antes del fin del año 2020. "Somos un sector responsable que, aunque ya lo ha demostrado, quiere seguir demostrándolo", subraya Gregori.

De ahí que entre los planes de esta industria figure "seguir adaptando las dosis y los formatos a las demandas del consumidor, incorporando por ejemplo nuevos ingredientes como la soja, o algunos superalimentos como la quinoa o la chía".

Una adaptación que también pasa por la era digital y las nuevas tecnologías, para comunicar más de tú a tú con el público, y por los nuevos momentos de consumo. "El consumidor cada vez tiene menos tiempo por lo que hay una gran oportunidad para adaptar nuestros productos a esos nuevos momentos de consumo".

Marca blanca y consumidor

Máxime cuando todo apunta a que la marca blanca ya ha movido todos los hilos que podía mover en este sector. "En la industria de los aperitivos la marca blanca está pasando por un momento de inflexión y su peso depende de la categoría", explica Gregori.

Así, mientras en los aperitivos hechos a base de arroz y maíz, como las tortitas o las palomitas, la incidencia de la marca blanca es del 30%, en las patatas fritas su penetración es del 50%, y en los frutos secos -como los cacahuetes o las almendras- de hasta el 60%. "La marca blanca vivió su momento durante los años de crisis, pero a medida que vaya habiendo más dinero y a medida que los fabricantes sigan lanzando nuevos productos, fruto de la innovación, es muy posible que la cuota de mercado de la marca blanca se mantenga e incluso baje. Quien quiera más calidad apostará por las marcas de fabricantes", apostilla.

Donde no se aprecian cambios es en los gustos de los consumidores, independientemente de la marca.

Los datos de la patronal distinguen varios tipos de consumidores. Así, si los mayores de 55 años se inclinan por los frutos secos, las personas de entre 35 y 45 años prefieren otro tipo de aperitivos, como las tortitas de maíz, y los más jóvenes, las patatas fritas.

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