Desarrollo sostenible
Calantia, biocombustibles de futuro con la investigación como 'leitmotiv'
Esta es la filosofía que impregna los laboratorios de la compañía en la localidad valenciana de Paterna, donde el equipo de investigadores analiza vegetales no aptos para la alimentación a fin de desarrollar biocombustibles de segunda generación. "Hacia 2020 hay que mirar con este tipo de cultivos, no con la soluciones actuales". En Calantia ya se han puesto manos a la obra y a día de hoy estudian una treintena de cultivos que, por motivos de confidencialidad, permanecen en secreto.
De este modo, y bajo el lema Bio for energy, en la compañía han ido poco a poco haciéndose un hueco en el mercado energético europeo. De hecho, Mamen Lladró asegura que mantienen conversaciones con varias multinacionales interesadas en su proyecto, aunque, por ahora, a pesar de que haya tentaciones, no piensan en dejar su ilusión en manos de otros.
Cultivos y residuos
Concretamente, el trabajo de Calantia va enfocado hacia dos sectores empresariales: el de las empresas energéticas y el de las de semillas. A las primeras dirigen sobre todo sus proyectos sobre tratamiento de residuos, y a las segundas sus estudios sobre cultivos. Así con su equipo de apenas una docena de personas, Calantia está convencida de que la suya es una apuesta segura. Buena prueba de ello es que, si el año pasado había previsto una inversión de 900.000 euros para dos años, cerrarán 2008 con una inversión de 1,4 millones de euros.
Sin embargo, también mantienen los pies en la tierra y tienen claro que para que los biocombustibles de segunda generación sean una alternativa real hace falta que muevan ficha los grandes del sector. "Hay muchos molinos de viento pero, ¿qué tipo de combustible utilizan esos aerogeneradores?", se pregunta Mamen Lladró, quien añade que "si las grandes petroleras no se esfuerzan en poner puntos de suministro, no servirá de nada".