Desarrollo sostenible

El butano busca vías de crecimiento como apoyo de la agricultura ecológica



    Una de las tareas más pesadas de la agricultura es el deshojado y la retirada de malezas. Se trata de labores tediosas que podrían ser agilizadas con la utilización del gas butano o del gas propano. Según los responsables de Repsol, gracias a la utilización de estos gases se pueden reducir las emisiones de NOx (Óxido de Nitrógeno) y de partículas a la atmósfera, cumpliendo además con los requisitos exigidos para que el producto reciba la etiqueta ecológica.

    Este proceso consiste en aplicar calor controlado sobre la planta o sobre el suelo para deshidratar las malas hierbas que crecen en torno a los cultivos y para secar las hojas que sobran de la cepa, logrando así la correcta maduración de las frutas, verduras y hortalizas.

    Según Repsol, el coste de las tareas de deshojado se podría disminuir hasta un 70 por ciento respecto a la técnica tradicional del des- hojado manual. En este sentido, científicos de la empresa realizaron pruebas con vides y han constatado que "la uva tratada recibió, con el deshojado térmico, un nivel de radiación solar de hasta un 26 por ciento mayor, contribuyendo a una mejora significativa de la calidad del producto.

    Menos insecticidas

    Este sistema también reduce la propagación de las plagas, uno de los principales problemas a los que se enfrentan los agricultores. Esto significa que se reducirá de manera considerable el uso de productos químicos.

    La eliminación de pesticidas de los cultivos es una de las apuestas de la Unión Europea, que trata con ello de reducir las emisiones contaminantes.

    Así, desde 2001 hasta hoy, las autoridades comunitarias han aumentado el número de sustancias que no se pueden emplear para desarrollar una agricultura sana y sostenible. En total, hay más de 3.000 productos con los que no se recomienda limpiar de hierbas y plagas los campos.

    El propano es una de las energías más limpias y menos contaminantes del momento. Su uso no daña al medio ambiente y por tanto su consumo cumple con los compromisos de los gobiernos en materia ecológica.

    Andalucía continúa líder en agricultura ecológica

    Según los últimos datos de los que dispone en Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino los campos destinados a agricultura ecológica han ido aumentando de manera considerable a lo largo de las dos últimas décadas.En concreto, en 1991 había registrada una superficie de producción agrícola ecológica de algo más de 4.200 hectáreas, y en 2008, último dato conocido, la cifra era de 1.317.000 hectáreas.

    La mayoría de estas tierras, el 60 por ciento, se encuentran en Andalucía, seguida, muy de lejos, por Castilla-La Mancha con un 9 por ciento. El tercer puesto lo ocupa Extremadura con 85.806 hectáreas.

    En cuanto al tipo de cultivo, son los cereales los que copan la mayor parte de las tierras, con un 27 por ciento. Otro de los productos relevantes son los olivares, que constituyen el 21 por ciento de la producción ecológica en nuestro país.

    España es el octavo país del mundo que está centrado en potenciar la agricultura ecológica. Además, está a la cabeza de la Unión Europea en esta producción.