España debe ser líder en las energías renovables dirigiendo Irena
La fundación de la Agencia Internacional de Energías Renovables, Irena-por sus siglas en inglés: International Renewable Energy Association-, a finales del pasado enero puede calificarse de acontecimiento histórico al menos por tres razones principales: la primera, por su dimensión político-institucional; la segunda, por su relevancia para el futuro desarrollo sostenible a nivel global; y, la tercera, por su importancia para el sector de energías renovables en España.
Para valorar la relevancia del hecho baste decir que en la conferencia fundacional, celebrada el 26 de enero en la ciudad alemana de Bonn, participaron delegados de gobierno de más de 120 países.
Desde un punto de vista político-institucional, lo histórico de su creación es que se ha materializado 28 años después de que se propusiera por primera vez la creación de una Agencia Internacional de Energías Renovables, en una conferencia de las Naciones Unidas en Nairobi, y 19 desde que la Asociación Europea por las Energías Renovables (Eurosolar) presentara un primer memorándum para establecer Irena.
Desarrollo de las renovables
La creación de Irena, agencia internacional que promueve exclusivamente el desarrollo de las energías renovables, se hacía cada vez más necesaria, dado el peso que en el ámbito internacional tienen instituciones como el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), constituido en 1957, y la Agencia Internacional de Energía (AIE), fundada en 1974 bajo los auspicios de la OCDE, ambos nacidos para promover la utilización de la energía nuclear y los combustibles fósiles, respectivamente.
Irena será un instrumento fundamental para que en el año 2020 se alcance realmente el objetivo de que el conjunto de las renovables sea el primer suministrador eléctrico de la Unión. El gran interés para llegar a este equilibrio institucional quedó patente en el alto número de Estados (75) que firmaron los estatutos de Irena en Bonn. Entre los firmantes estuvo el Gobierno español que, conjuntamente con los de Alemania y Dinamarca, había promovido la creación de la Agencia Internacional de Energías Renovables.
La puesta en marcha de Irena también es muy importante para el futuro desarrollo sostenible global, ya que la agencia aspira, sobre todo, a mejorar las condiciones políticas generales para las energías renovables a través de una asesoría política concreta que incluirá el apoyo al desarrollo de competencias. Asimismo, pretende desarrollar mecanismos apropiados para la financiación y la realización de medidas de transferencia de tecnologías basadas en energías renovables.
Éstas están pensadas para abastecer a los casi 2.000 millones de personas en el mundo que todavía no tienen acceso a la electricidad y para las más de 2.500 millones de personas que todavía utilizan leña y estiércol como fuente de energía -con todas sus desventajas ambientales y de salud-.
Pero además de su importancia institucional y de sus ventajas para la sostenibilidad del planeta, la creación de Irena puede ser una gran oportunidad para todo el sector de las energías renovables en España, sobre todo si se consiguiera establecer la sede de la agencia en nuestro país o, como mínimo, se consiguiera la designación de un director general español.
De este modo, España podría hacer mucho más visible su desarrollo ejemplar en materia de energías renovables, reconocido incluso por el presidente norteamericano Barack Obama, que se basa sobre todo en los puntos expuestos a continuación. En el fomento y utilización de todo tipo de energías renovables. Así, nuestro país ocupa el tercer puesto del ranking global eólico en cuanto a capacidad total instalada y el segundo en el caso de la energía solar fotovoltaica.
Sistema efectivo y eficiente
En un sistema de apoyo a las energías renovables que es muy efectivo y eficiente, que incluye condiciones retributivas adecuadas, el acceso prioritario a la red o la imposición de requisitos técnicos que facilitan la integración de las renovables en el sistema energético. También es pionero, por ejemplo, en el caso de la integración de las renovables en el sector de la construcción y muy completo, con un mix de instrumentos muy amplio para todos los usos de energías renovables; es decir, para producir electricidad, calor y frío o biocarburantes.
En una industria de energías renovables puntera, sobre todo en tecnologías como la eólica, la solar fotovoltaica, la solar termoeléctrica o los biocarburantes.
En un gran desarrollo tecnológico y de innovación, con una profunda base de I+D+i en el campo de las tecnologías solares y eólicas.
Por las razones mencionadas, España parte de una inmejorable posición para liderar Irena y, con ello, el desarrollo mundial de las energías renovables. Nuestro país, además de haber firmado los estatutos en el acto fundacional de la agencia, debe apostar fuerte por conseguir, repito, alguno de sus principales órganos de Gobierno: la sede o la dirección general. Ambas estarán muy disputadas, especialmente por Alemania, que podría ver reconocido su papel como uno de los países impulsores de la agencia. Otros países interesados en tener un papel de liderazgo en Irena son Austria, Dinamarca, Emiratos Árabes, Kenia y Portugal.
Esperamos que el Gobierno español trabaje ya en la preparación de la mejor candidatura posible, ya que el plazo de presentación de la misma es el 30 de abril próximo. Para hacerlo, puede contar con todo el apoyo del sector de las energías renovables. Es más, todos los partidos políticos españoles deberían hacer de este objetivo un objetivo de Estado y crear un lobby con sus correligionarios europeos para conseguirlo.
El éxito en esta gestión es importantísimo para que se refrende a España en puestos de liderazgo mundial en un sector de gran futuro como es el de las energías renovables. Si todos queremos que esto suceda, y pensamos que es así, Gobierno y oposición deben intensificar y acelerar sus gestiones, pues queda poco tiempo.