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Del Bosque, Sneijder y Robben, la final de los errores de Florentino Pérez
El primero fue Del Bosque, seleccionador de España desde 2008 y que construyó su prestigio en los banquillos dirigiendo el Real Madrid, al que llegó como 'apagafuegos' de la casa y casi un interino, y con el que brilló en la 'Era Galáctica', con dos Ligas de Campeones (2000, 2002) y dos Ligas (2001, 2003.
Pero Pérez, obsesionado con las cuestiones de mercadotecnia y considerando que el técnico no daba la imagen adecuada para su proyecto, optó por sustituirle por un técnico más joven, el portugués Carlos Queiroz, actual seleccionador luso y que terminó saliendo por la puerta de atrás del Bernabeu. "Tenía un librillo más tradicional y ahora queremos un librillo más táctico, más estratégico.... Buscamos un entrenador con un perfil más acorde con la imagen del Madrid. No queremos un entrenador estrella. Queremos un perfil más bajo", afirmó entonces Pérez para justificar su salida.
Siete años después de aquello, Del Bosque y Queiroz cruzaron sus caminos en los octavos de este Mundial, que permitió al español 'saldar cuentas', con una victoria por 1-0 que permitió el pase a cuartos y la eliminación del equipo de Cristiano Ronaldo. "Tengo muchísimo respeto por él (Del Bosque) no sólo como seleccionador, sino por lo que hizo en el Real Madrid", dijo antes de ese encuentro el entrenador portugués. Del Bosque le devolvió la gentileza, quitó importancia a la 'revancha' y liquidó las especulaciones: "son cosas del fútbol".
Pérez salió del club en 2006, dando paso a Ramón Calderón, que optó por una 'holandesización' del equipo, con la llegada de varios jugadores de esa nacionalidad, entre ellos Arjen Robben y Wesley Sneijder. Su presidencia terminó con un escándalo por manipulación en una asamblea del club y, meses después, Pérez regresó al equipo con aire de salvador y con fichajes de relumbrón a golpe de talonario, entre ellos Cristiano Ronaldo, el brasileño Kaká o el francés Karim Benzema.
Para hacer hueco, otros fueron saliendo, entre ellos Robben y Sneijder, rumbo al Bayern de Múnich e Inter de Milán, respectivamente. Su mayor pecado, llevar el 'sello Calderón' en su contratación y estar en el lugar equivocado en un momento aún más equivocado.
"Yo al Real Madrid no vuelvo ni loco, me trataron muy mal, no supieron respetarme, no me interesa", dijo recientemente Sneijder en una entrevista al diario barcelonés El Mundo Deportivo.
Desde su salida de la 'Casa Blanca', todo les ha ido a la perfección. Sneijder consiguió un 'triplete' (Liga de Campeones-Serie A-Copa) con el Inter y Robben logró el doblete Bundesliga-Copa con el Bayern, perdiendo ante los 'nerazzurri' la final de la Champions... en el Santiago Bernabeu de Madrid.
En el Mundial, los dos se han consolidado como grandes figuras del equipo holandés y aspiran al título honorífico al mejor jugador y, sobre todo, a ser campeones del mundo.
Pérez, en la distancia, se lamenta de no haber conseguido ningún título en el primer año de su segunda etapa como presidente. Para enderezar el rumbo anunció antes del Mundial la contratación del entrenador portugués José Mourinho. Sólo el tiempo dirá si se trata de otro de sus errores.