El sábado, dos goles de Xabi Alonso clasificaron a la selección española de fútbol para las semifinales de la Eurocopa. El domingo, la mejor carrera de la historia de Fernando Alonso (según sus propias palabras) le dio la victoria en el Gran Premio de Europa, disputado en el circuito de Valencia, además del liderato en el Mundial.Fueron dos triunfos a nivel individual muy distintos. Por un lado, el triunfo de un jugador modesto (todo lo modesto que puede llegar a ser un jugador de fútbol de élite). Y por otro, el triunfo de una megaestrella, el vigésimo noveno de su carrera, que aún así no le impidió llorar como un niño en el podio. ¿Qué está pasando aquí? Que estamos viviendo una época en el deporte español que ya echaremos de menos, ya. Y no ya solo por los triunfos, sino por la constante capacidad de admiración que nos provocan ese puñados de españolitos por el mundo que han hecho del esfuerzo y la superación personal una especie de "marca de fábrica" que nada mal nos vendría en el mundo "real" en estos momentos de zozobra. Xabier Alonso Olano (Tolosa, Guipúzcoa, 1981) personifica a la perfección todo lo que no es un jugador de fútbol al uso: discreto, cultivado, siempre en un segundo plano, a pesar de ser, quizá, el jugador más importante en la plantilla del Real Madrid de Mourinho, nunca envuelto en polémicas... El pasado sábado, Alonso cumplía 100 partidos con la selección española, casi de "tapadillo", siempre a la sombra de los extraordinarios "bajitos" que pueblan el centro del campo y la media punta del conjunto español. Por una vez, el tolosarra fue la gran estrella del partido, asumiendo la dirección del equipo, y ofreciendo siempre una buena alternativa al famoso "tiki-taka" en forma de pases largos y "desatascadores". Se ofreció en todo momento, y por ello ahí estaba, libre de marca, para rematar la gran jugada que, armada por Iniesta y Jordi Alba, supuso el primer gol de España. Ya en la segunda parte, Xabi siguió concentrando la mayor parte del juego de la selección de Vicente del Bosque, y su gran partido se vio recompensado al transformar el penalti que supuso el empate a dos. Cien partidos, doblete dedicado a sus hijos, Jon y Ane, y España en semifinales, donde nos espera la Portugal de Cristiano Ronaldo, Pepe, Coentrao y compañía. Fernando Alonso (Oviedo, Asturias, 1981) es una megaestrella del deporte, aunque él solo quiere ser visto como un piloto de Fórmula 1. Pero es lo que tiene ser uno de los mejores pilotos de todos los tiempos. Como así demostró ayer, en el circuito urbano de Valencia, en una de las mejores carreras de los últimos años, cuando consiguió su segunda victoria de la temporada (primer piloto que repite triunfo en las ocho carreras disputadas) tras salir de la undécima posición en la parrilla de salida. No fue desde luego la del sábado la mejor calificación del campeón asturiano. Sus lágrimas en el podio, las de un hombre curtido en mil batallas tras once años en la categoría reina del automovilismo, expresaban cuán importante era dicha victoria, fraguada tanto a golpe de maestría al volante (hasta siete adelantamientos realizó en pista) como de acierto en la estrategia (Ferrari, esta vez, lo bordó) y también, por qué no decirlo, por la fortuna de ver cómo el actual campeón del mundo, Sebastian Vettel, abandonaba por un fallo eléctrico cuando circulaba en primera posición por delante del propio Alonso. Esas lágrimas, que ayer dieron la vuelta al mundo, sirven para valorar todavía más el gran momento del deporte español, que hace del esfuerzo su principal "estímulo", amén de estar disfrutando de unas generaciones irrepetibles en el pasado en nuestro hasta ahora modesto deporte, y esperemos que no irrepetibles en un futuro. Tras el espectacular triunfo del asturiano, que también se benefició de una nueva "calentura mental" de Lewis Hamilton, que por negarse a ser adelantado por Pastor Maldonado en la penúltima vuelta terminó con su McLaren estampado contra el muro, Alonso vuelve a ser líder del Mundial, pero ahora con una cómoda ventaja de 20 puntos sobre Mark Webber, 23 sobre el propio Hamilton y 26 sobre Vettel (recordemos que la victoria supone 25 puntos para el vencedor). Por otro lado, el podio se completó con un toque de nostalgia, pues en segunda posición se clasificó el finlandés Kimi Raikonnen (Lotus) y en tercera, nada menos que Michael Schumacher, que volvía a un podio por primera vez desde su retirada, en 2006.