Deporte y Negocio

Un avispero de corrupción obliga a la FIFA a intervenir el fútbol africano

  • Colocará a Fatma Samoura como administradora de la federación
  • Su presidente fue acusado de corrupción, delitos fiscales y abusos sexuales
  • Esto había colocado a la FIFA en una delicada posición de liderazgo
Fatma Samoura, en el último congreso de la FIFA. Foto: Cordon Press.

elEconomista.es

El fútbol africano se ha convertido en una fuente continua de problemas que ha obligado al presidente de la FIFA, Gianni Infantino, a actuar. En medio de escándalos de corrupción, sospechas de acoso sexual y la detención del presidente de la confederación africana (CAF), Ahmad, Ahmad, el máximo organismo del balompié mundial ha decidido colocar a una gestora al frente de todo el continente, la mayor federación del mundo.

Según informa The New York Times, la decisión ha sido congelar los pagos a la CAF y seleccionar a Fatma Samoura, secretaria general de la FIFA, como su administradora. Una medida sin precedentes (que tiene el rechazo explícito de la UEFA y su presidente Aleksander Ceferin) que se conforma como de emergencia ante una situación que amenaza con ser un tumor con riesgo de enquistarse en una organización que acaba de reelegir a Gianni Infantino como presidente y que todavía lucha por limpiar su imagen desde los sucesos que tumbaron a Joseph Blatter en 2015.

El problema es casi sistémico. El presidente de la CAF, aupado por Infantino en 2017, ha capitalizado buena parte de la atención después de ser detenido a principios de mes en París. La razón, que su propio secretario general le había denunciado en la FIFA por posibles delitos de corrupción, delitos fiscales y abusos sexuales sobre varias trabajadoras de la federación. Tras horas de declaración, quedó en libertad sin cargos.

Pero la FIFA tomó nota. Así lo aseguró en un comunicado en el que reaccionó a estos hechos advirtiendo de que ninguna persona que haya cometido actos ilegales "tiene cabida en el fútbol". Estaba en juego más que un simple puesto. Unos días antes, Gianni Infantino era reelegido al frente de la organización, y en su discurso apuntaba a un problema todavía con ecos del pasado, el de la corrupción. En su primer discurso, trataba el tema sacando pecho: "Nadie habla de escándalos o corrupción, hablamos de fútbol. Podemos decir que hemos cambiado la situación".

Las vinculaciones de Ahmad Ahmad a posibles casos de corrupción ponían en riesgo un relato con trazas de realidad, pero aún con los cimientos demasiado débiles. De ahí que la reacción haya sido contundente. Una mujer al mando de un mundo de hombres, con el objetivo de regenerar el fútbol del continente.

En palabras de la FIFA, la tarea de Samoura será la de llevar a cabo una revisión radical de la gobernanza de la confederación, supervisar la gestión operativa de la organización y recomendar una serie de esfuerzos de reforma (...) para poner a la CAF en una posición moderna y sólida y mejorar su imagen y reputación".

Al margen de la corrupción, recientemente el fútbol africano ha tenido un sonoro problema de desorganización que provocó que la final de su Champions acabase con el abandono de uno de los contendientes, el Wydad de Marruecos, después de que una avería del VAR no permitiese dar por válido un gol legal que había sido anulado. Su rival, el Espérance Tunis de Túnez, fue proclamado campeón...pero días después la CAF se lo arrebató y mandó repetir el partido, todavía sin jugar.

Este dictamen generó un auténtico terremoto en el continente y una reacción de furia en Túnez, donde se atribuyen las buenas relaciones de Ahmad Ahmad con el rey Mohamed VI. Horas después de estos sucesos, el presidente de la CAF era detenido. Y la FIFA se ponía en marcha para evitar un golpe mayor. La persona elegida, Fatma Samoura.