Deporte y Negocio
Saltan las alarmas en el fútbol inglés: la asfixia económica cerca a varios clubes históricos
- El Bury confirma su desaparición y el Bolton tiene 14 días para evitarlo
- El poder de la Premier contrasta con los problemas de otras categorías
- El 75% de los clubes de 2ª, 3ª y 4ª, en riesgo de desaparición a largo plazo
Sergio de la Cruz
Madrid,
El fútbol inglés se fue a dormir este martes con una de las noticias más oscuras de su historia, la desaparición tras 134 años del Bury, de la League One (tercera división) el mismo día que se puso una fecha límite de dos semanas al Bolton Wanderers para evitar un idéntico destino. Ambos clubes, ahogados por las deudas e incapaces de hacer frente a sus pagos, ejemplifican la actual situación del balompié de las islas en sus estratos inferiores.
Porque, aunque los focos se los lleva el poderío de los grandes clubes de la Premier League y su creciente capacidad de gasto gracias a la pujanza de los contratos televisivos, el fútbol inglés se desangra por sus categorías inferiores. La clave, precisamente, está en la fuerza existente en lo más alto de la pirámide. La riqueza no se distribuye y las desigualdades son cada vez más evidentes. Y el sistema actual, lejos de poner frenos al problema, aumenta la brecha.
Estos desequilbrios comienzan por los pagos que la Premier League da a los equipos que descienden a Segunda (Championship), que otorgan a los clubes entre el 55 y el 45% de la cantidad fija que se transfiere por derechos de TV a los conjuntos de la máxima categoría. Estos pagos se realizan durante al menos dos años si no ascienden en la temporada siguiente. Esto conlleva que un pequeño grupo de escuadras ingresen entre 40 y 48 millones de euros con estos pagos, denominados 'paracaídas'.
Estos pagos se dan también de manera progresiva en categorías inferiores, estableciéndose así una dinámica venenosa: unos clubes determinados adquieren ventajas económicas que empujan al resto a gastar más de la cuenta para recortar esa diferencia e intentar conseguir sus objetivos deportivos, generalmente el ascenso a una división superior. Si estos no se concretan, la mayoría de las veces los equipos incurren en unas deudas que no pueden asumir.
Los mecanismos de compensación por descenso son comunes en las grandes ligas. Se conciben como una forma de paliar el impacto que supone para los equipos pasar a una liga inferior cuando ha tenido que invertir en la construcción de una plantilla para un nivel superior. Pero en Inglaterra está siendo un arma de doble filo.
No es el único problema. Las divisiones más modestas (las tres por debajo de la Premier y que forman la English Football League: Championship, League One y League Two) piden una mayor implicación a la liga principal en sus pagos de solidaridad a los clubes. La Premier ha cifrado en más de 150 millones de euros el dinero otorgado a los equipos de la EFL, contando con las subvenciones para el fomento del fútbol formativo.
Según reportes de la prensa inglesa, cada equipo de Championship se lleva cinco millones de euros, los de League One 760.000 euros y los de League Two 500.000 euros. Cantidades que se antojan pequeñas para un negocio que será de 4.700 millones de euros hasta 2022 con la entrada del nuevo ciclo audiovisual.
Hasta el 75% de los equipos de los equipos de segunda a cuarta división están en riesgo real de desaparición a largo plazo
La alerta es generalizada, ya que los casos de problemas económicos en los clubes modestos han empezado a florecer en los últimos meses. Podría ser el inicio de algo más grave: fuentes gubernamentales citadas por The Independent y posteriormente reflejadas por Marcador Internacional alertaban en mayo de que, con el actual sistema, el 75% de estas escuadras estén en peligro real de desaparición a largo plazo.
Las razones económicas son fundamentales, pero no son las únicas. Como en el resto del planeta, las categorías más modestas del balompié se enfrentan al duro desafío que supone el fútbol de élite y cómo éste eclipsa todo lo que está por debajo. Para muestra, un botón: varias jornadas de la EFL se disputan a la vez que los partidos de la Champions League, martes y miércoles a las 20.45 horas.
Esto genera una bajada de asistencia a los estadios que también se entiende dentro de un contexto de ruptura demográfica, donde las generaciones más jóvenes no están tan vinculadas a las escuadras de sus lugares de origen y se centran en el consumo de un producto de masas accesible desde Internet como es la Premier.
Por el momento, el Bury ha abierto la veda con la primera desaparición por motivos económicos en los últimos 27 años al no poder hacer frente a una deuda de casi 10 millones de euros. Y si, en los próximos 14 días, el Bolton no encuentra un nuevo comprador o demuestra que puede finalizar el curso sin problemas financieros a pesar de sus 11 millones de euros de deuda, podría ser el segundo. Un nuevo panorama para el fútbol inglés. Una amenaza que ya es real.