Cultura

Las obras de Pinta Malasaña sufren el ataque de firmas vandálicas



    Madrid, 19 abr (EFE).- Unas cuarenta obras de arte urbano realizadas en Pinta Malasaña!, un proyecto desarrollado por el colectivo Madrid Street Art Project y Somos Malasaña el pasado domingo, han sufrido actos vandálicos, al ser cubiertas por "tags" (firmas) que imposibilitan ver la totalidad de las pinturas.

    "Estaba clarísimo que iba a pasar", ha declarado a Efe Antonio Pérez, director de Somos Malasaña, pero ha reprochado que "no esperaban que fuera tan rápido".

    De las más de 200 obras pintadas en el evento se habrán arruinado una cifra de casi cuarenta, en las "calles más concurridas", como fueron las de Velarde, Corredera Alta de San Pablo y Espíritu Santo, ha añadido.

    Desde la organización lo sienten por los artistas "que invirtieron muchas horas de trabajo y vinieron de diferentes partes de España" e insisten que el arte urbano "nunca se sabe cuánto va a durar".

    Pérez ha explicado a Efe que todas las obras quedaron registradas "en perfectas condiciones", en vídeo y en fotografía, y ha asegurado que se repartirán por el barrio "postales gratuitas" con las obras y que serán publicadas en internet porque "la web no se puede pisar".

    Por su parte, el presidente de la asociación Vive Malasaña, Alberto Peña, cree que este acto de vandalismo parece una "reivindicación" sobre que el "grafiti desde la legalidad no vale, pero las firmas sin consentimiento sí".

    Ha señalado que se siente "muy apenado" porque todos los vecinos estaban "muy contentos" con el resultado de Pinta Malasaña y ha añadido que espera que el próximo año se realice un evento de características similares para "seguir llenando el barrio de color".

    Pérez, de Somos Malasaña, ha comparado lo ocurrido con las Fallas de Valencia, "mucho tiempo de trabajo que se quema en pocos minutos" pero ha manifestado que esperan que el próximo año se vuelva a repetir "la escena de color" del pasado domingo.

    En 2011 ya se realizó un proyecto similar "más improvisado" pero que también "atrapó a los vecinos" que, según Pérez, había abandonado los estigmas del grafiti, más allá de las firmas que inundan las paredes de los edificios.