La transformación de los huesos tras la aparición de la agricultura
21 mayo (Reuters Health) - Cuando el ser humano inventó la rueda y domesticó al caballo hace miles de años, facilitándole la transición de la caza a la agricultura, también comenzó a desarrollar huesos más débiles que son los que hacen al ser humano moderno más vulnerable a las fracturas y la osteoporosis.
Un equipo de científicos analizó los restos fósiles de habitantes europeos de distintas épocas en los últimos 33.000 años y halló que la aparición de la agricultura, y no la creación de ciudades o el cambio alimentario, que favoreció un estilo de vida más estacionario, es lo que provocó el debilitamiento óseo de los humanos modernos con respecto de los ancestros de las cavernas.
"Hay mucha evidencia de que los humanos primitivos tenían huesos más fuertes y que el ejercicio con pesas propio de los humanos modernos previene la pérdida ósea, pero ignorábamos si el debilitamiento óseo se debió a la aparición de la agricultura o a otras causas, como la dieta o la urbanización", dijo Christopher Ruff, director del Centro de Anatomía Funcional y Evolución del Centro Médico de Johns Hopkins, Baltimore, y autor principal del estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.
La osteoporosis, que es el deterioro de la densidad ósea asociada con la edad, afecta a millones de personas en el mundo. Provoca fracturas después de los 50 años en una de cada tres mujeres y en uno de cada cinco hombres, según indican las estimaciones de la Fundación Internacional de Osteoporosis.
El equipo de Ruff examinó los huesos largos de los brazos y las piernas de 1.842 individuos que vivieron en Europa entre el Paleolítico y el Neolítico, lo que se conoce como Edad de Piedra, y durante el Imperio Romano, la época medieval, la Revolución Industrial y el Siglo XX.
Los autores utilizaron radiografías de los huesos y los moldes de silicona de la superficie ósea para analizarlos por computadora para identificar el momento de la historia de la Humanidad que coincidía con los cambios óseos.
El análisis reveló que la resistencia del fémur y la tibia comenzó a disminuir hace unos 7.000 años en el Neolítico con las prácticas rudimentarias en la granja y que continuó hasta hace unos 2.000 años en el periodo romano.
"Esa tendencia se mantuvo por miles de años, lo que sugiere una transición prolongada desde el inicio de la agricultura hasta el estilo de vida sedentario", agregó Ruff. "En la época medieval, los huesos tenían la misma resistencia que en la actualidad". Los cambios del húmero del brazo fueron más pequeños y no tan importantes.
Al detectar una mayor pérdida de resistencia ósea en las extremidades inferiores que en la parte superior del cuerpo, el equipo pudo "descartar causas como una reducción de proteínas o calcio de la dieta", aclaró Steven Churchill, antropólogo especializado en evolución de Duke University, Durham, Carolina del Norte.
Churchill aportó algunos datos de la Edad de Piedra utilizados en el estudio, pero no participó de la investigación.
Los autores también detectaron que la potencia de las piernas asociada con los movimientos hacia adelante y atrás al correr o caminar largas distancias se redujo más que la fuerza de los movimientos laterales al agacharse, levantar objetos o girar.
El equipo aclara que estos resultados se aplican sólo a los europeos y que no podría adelantar si en otras partes del mundo se registraron los mismos patrones de evolución.