El cierre de las "fábricas zombie" no es la solución para el esmog chino
Esto contradice a los medios de comunicación del Estado que afirman que el Gobierno está haciendo un esfuerzo extra para limpiar Hebei, la mayor región productora siderúrgica y hogar de siete de las diez ciudades más contaminadas del país, según los ecologistas y expertos de la industria.
Agitado por la creciente indignación pública por el esmog que a menudo llega a la vecina Pekín, el Gobierno convocó a los líderes de Hebei a una serie de reuniones en la capital el año pasado y les instó a idear un plan para recortar la capacidad de acero. Finalmente acordaron un objetivo de 86 millones de toneladas, alrededor de un 35 por ciento de la actual capacidad, para el año 2020.
Después de que una niebla pesada volviese a cubrir gran parte del norte de China la semana pasada, Pekín ha enviado equipos de inspección a Hebei y alrededores para ver cómo están respondiendo las autoridades y el sector del acero está muy arriba en su lista de objetivos.
Pero muchas fábricas ya están cerca de la bancarrota a causa de la desaceleración de la demanda, caída de los precios del acero y una crisis de liquidez que les habría obligado a cerrar de todos modos, dijeron los expertos.
"Solo están cerrando las fábricas de acero que ya están muertas", dijo Xu Zhongbu, jefe de la Consultora de Metal de Pekín y un veterano consejero de la industria que trabaja con las firmas de acero de Hebei.
En las afueras de Tangshan, una ciudad de más de siete millones de personas que fabrica más acero en un año que todo Estados Unidos, las chimeneas y las enormes grúas en la fábrica Qingquan Steel están inactivas. Los trabajadores, que no cobraron en seis meses, iniciaron una huelga en octubre y no han vuelto.
Qingquan Steel es una de las decenas de las llamadas "fábricas zombie" en Tangshan, en donde las autoridades recibieron la orden del gobierno provincial de realizar una lista de fábricas para cerrar con el objetivo de reducir la cantidad de acero producido en 10,8 millones de toneladas este año.
"En Tangshan y otras partes de Hebei, las fábricas privadas se enfrentan al momento más difícil de su historia", dijo Xu. "Los beneficios son pobres y los productores están todos perdiendo dinero - y esto no tiene que ver con las medidas medioambientales: es la economía".
Huang Wei, una activista del grupo ecológico Greenpeace en Pekín que ha estudiado el impacto de las industrias de Hebei en la calidad del aire, dijo que centrarse en las fábricas de acero era la opción más sencilla debido a las dificultades que ya está pasando el sector cuando China crece a un ritmo más moderado.
El mayor desafío será librar a Hebei de su dependencia del carbón, añadió.
"Si este objetivo es muy suave no, dependerá de si la reducción es un resultado del mercado o una medida meramente política", dijo Huang.
"(El gobierno) se enfrentará a una situación incluso más difícil después de haber recogido la fruta más baja como la industria del acero".
/Por David Stanway/