Cultura
El Guggenheim confronta a Twombly y Baselitz en la primera exposición de 2013
Bajo el título "Historias de la Historia", la muestra exhibe cuadros ya expuestos en el museo bilbaíno con anterioridad en 2008 y 2011, pero en el marco de una "estrategia" que consiste en mostrar obras en "diferentes contextos", según ha explicado la comisaria de la exposición y directora de actividades museísticas del Guggenheim Bilbao, Petra Joos, en conferencia de prensa.
En este caso, la exposición reúne el ciclo pictórico "Nueve discursos sobre Cómodo", de Twombly (Virginia-USA, 1928, Roma, 2011) y la serie de dieciséis lienzos "La señora Lenin y el ruiseñor", de Baselitz (Deutschbaselitz-Alemania, 1938).
Los dos artistas, según Joos, presentan narrativas que revisan figuras históricas de dos períodos alejados en el tiempo y "se apropian" de la historia para aportar nuevos enfoques de la realidad.
Ha explicado que ambos plantean historias basadas en hechos, pero contadas desde el punto de vista del artista, con "provocaciones" que tienen lugar dentro del proceso artístico, y no en el ámbito político.
Los "Nueve discursos sobre Cómodo", realizados en 1963, son nueve cuadros que toman como punto de partida una serie de asesinatos históricos y se basa en la crueldad y locura del emperador romano Aurelio Cómodo (161-192 d.C.), así como en su asesinato.
En la composición de estos cuadros destacan el conflicto, la oposición y la tensión a través de dos espirales que configuran el núcleo central de los lienzos.
En cada obra, este núcleo central varía en el "contenido emocional" desde estructuras serenas, similares a nubes, hasta las heridas sangrantes, según ha resaltado la comisaria, quien ha precisado que todo el ciclo se enmarca en una "etapa angustiosa y excepcional" de la carrera de Twombly.
"La señora Lenin y el ruiseñor", por su parte, es una serie de dieciséis lienzos de gran formato pintados en 2008 y que se dividen en dos grupos: ocho obras tienen un fondo blanco y pinceladas coloridas, y otras ocho presentan un fondo negro y tonos más apagados.
La coherencia entre estos dos bloques de cuadros se sostiene en la repetición en cada lienzo de la misma estructura compositiva, que muestra a dos figuras masculinas en posición invertida, sentada una junto a otra, mostrando sus penes y con las manos descansando sobre sus muslos.
Estas dos figuras tienen su origen en el retrato de Otto Dix "Los padres del artista II", pero Baselitz reinterpreta este precedente y los convierte en los dictadores Vladimir Lenin y a Joseph Stalin.
El artista pinta a Lenin como una señora con falda y zapatos de tacón, en referencia a su pasión por los disfraces, mientras que Stalin es el ruiseñor, ya que tenía voz de cantante.
Además, Baselitz incluye en cada obra un juego de palabras o una expresión enigmática, que no se refiere a los dictadores retratados, sino que se inspira en encuentros o reflexiones sobre creadores modernos y contemporáneos, como Cecily Brown, Willen de Kooning, Damien Hirst o Anselm Kiefer.