Cultura

La capital de Costa Rica pone por fin nombre a las calles



    SAN JOSÉ (Reuters) - San José, la capital de Costa Rica, ha empezado a señalizar con nombres las calles para evitar que los residentes tengan que citar sitios locales muy conocidos, como cadenas de comida rápida o gasolineras, cuando facilitan direcciones.

    Trabajadores municipales colocarán alrededor de 22.000 placas en las calles y esquinas de la ciudad de 1,4 millones de habitantes, donde el actual sistema informal es tolerado por los residentes, pero para la oficina de correos y los visitantes es un dolor de cabeza.

    "Mi actual dirección es 200 metros al norte de Pizza Hut, y después 400 metros al oeste, pero en unos pocos meses seré capaz de dar un nombre propio de la calle y un número", dijo el alcalde de San José, Johnny Araya, durante una ceremonia donde se colocó la primera placa.

    Otros residentes suelen describir cómo llegar a un lugar utilizando la popular cadena de restaurantes McDonald, la casa del ex presidente y premio Nobel Oscar Arias, una higuera famosa muerta hace mucho tiempo o un viejo establo ahora convertido en gasolinera.

    Muchas calles llevarán el nombre de ilustres políticos e intelectuales de la historia de Costa Rica.

    Araya espera que el plan reduzca las pérdidas económicas que se derivan del correo no enviado, devuelto o reenviado, estimadas en 720 millones de dólares al año en 2008.

    Casi una cuarta parte del correo del país nunca llega a su destino, dijo un portavoz del servicio de correos.

    Los códigos postales se introdujeron en 2007 para ayudar al reparto, pero nadie los usa porque no saben cómo encontrarlos.

    Costa Rica se embarcó en una cruzada para poner nombre a las calles hace 30 años, pero las placas nunca se instalaron. Esta vez, la financiación de dos bancos ha hecho posible el proyecto de un millón de dólares.

    Una vez que la señalización se complete, Araya tiene intención de emprender una campaña para fomentar el uso del nuevo sistema, que se espera encuentre cierta resistencia.

    "No creo que vaya a funcionar", dijo el taxista de 29 años Manuel Pérez. "Si un turista me dice que le lleve a un hotel en cualquier calle, le voy a decir 'me estás hablando en chino' porque no sé donde está. Necesito una referencia".