Cultura
Japón aspira a eliminar la energía nuclear en 2030
El terremoto y tsunami de marzo de 2011 provocaron tres fusiones del núcleo en la planta de Fukushima Daiichi de Tokyo Electric Power, expandiendo radiación y provocando que unas 160.000 personas huyeran de sus hogares.
También hizo que el Gobierno abandonara un plan de 2010 para impulsar la electricidad generada por energía nuclear a más del 50 por ciento para 2030.
El primer ministro, Yoshihiko Noda, dijo el lunes que quería tomar una decisión sobre la nueva política esta semana y que tendría en cuenta una propuesta de su grupo, el Partido Democrático de Japón para "invertir todos los recursos políticos posibles para hacer posible abandonar la energía nuclear en la década de 2030".
Sin embargo, la nueva estrategia energética de Noda probablemente no silencie el nacimiento de un movimiento antinuclear en Japón ni resuelva un feroz debate sobre si la reducción del papel de la energía atómica hará más mal o bien a la economía.
Y como se espera que los demócratas pierdan las elecciones generales dentro de unos meses, no hay garantías de que ningún gobierno nuevo seguiría su postura.
Los poderosos grupos de presión empresariales argumentan que abandonar la energía nuclear en favor de los combustibles fósiles y las fuentes renovables como la energía solar y eólica aumentará los precios de la electricidad, haciendo que la industria del país sea poco competitiva e impulsando la producción en el exterior.
Los detractores de la energía nuclear sostienen que un cambio de política traerá beneficios corporativos en áreas como las energías renovables y la eficiencia energética y que impulsará la innovación y la economía.
El Gobierno ha estado considerando tres opciones para cambiar el origen nuclear de la electricidad: cero lo antes posible, 15 por ciento para 2030 y 20-25 por ciento para la misma fecha.
Las encuestas muestran que la mayoría de los votantes están a favor de abandonar la energía nuclear antes o después.
La decisión de Noda de reiniciar dos reactores para evitar potenciales cortes de electricidad este verano provocó protestas contra la energía atómica. Los otros 48 reactores del país siguen desconectados para ser sometidos a controles de seguridad.