Lucha por la vida en hospital infantil de Ghana
Incluso con el tubo de oxígeno que le va a la nariz, los pulmones de Isiah no llevan suficiente oxígeno a su sangre.
Tiene neumonía, su temperatura es peligrosamente alta y las medicinas y fluidos que recibe han tenido poco impacto hasta ahora dada la gravedad de su estado.
"Este es un caso muy difícil", dice Margaret Neizer, médico de la sala de urgencias en el hospital infantil princesa María Luisa de Accra, donde Isiah fue trasladado al amanecer.
"Su diagnóstico no es muy bueno. Y se trata de su primer hijo", añade, mirando a los padres del niño, que lloran y rezan junto a la cama.
Si Isiah se recupera, su familia probablemente esté deseando que se le inmunice con una de las dos vacunas que serán introducidas en Ghana esta semana.
Una dosis del neumococo podría impedir que vuelva a contraer la neumonía en el futuro.
Y una vacuna del rotavirus contra la principal causa de diarrea grave y mortal podría asegurarle protección contra la segunda causa de muerte en niños de menos de cinco años en todo el mundo.
Si Isiah pierde su lucha por vivir, sus médicos esperan al menos que su triste historia muestre por qué es vital la inmunización en países en desarrollo como Ghana.
"Por eso es por lo que necesitamos las vacunas. Aún tenemos estos desafíos a diario en esta institución y en otros centros sanitarios del país", dijo Neizer.
"El año pasado, en este hospital, la neumonía fue nuestra principal causa de muerte, pero en países donde estas vacunas han sido introducidas, los resultados han sido buenos. Espero que en Ghana no sea diferente".