Cultura

El Circo del Sol o cómo hacer que el 'show' se convierta en marca

    Número de un espectáculo del Circo del Sol. Foto: Archivo


    El circo ha muerto, ¡viva el circo!... pero si es el Circo del Sol. El circo que ha revolucionado el negocio del espectáculo; que ha resucitado la imagen de trapecistas, comefuegos, de payasos demodé que ya no gustaban ni a los más pequeños; que ha reinventado un modelo de empresa que agonizaba. Como ocurre con la banca, también en este mundo de la empresa hay negocios buenos y negocios malos. Y éste, el Cirque du Soleil -su nombre original en francés- es de los buenos, de los que interesan.

    En elEconomista hemos querido ir más allá del espectáculo, estar entre bambalinas y entender por qué el sol ha salido para la empresa que fundara en 1984 un saltimbanqui canadiense, Guy Laliberté, junto a otros artistas callejeros.

    Una empresa que funciona

    ¿Negocio bueno? Por sus resultados -la empresa factura unos 450 millones de euros al año, cuenta con 3.500 empleados que hablan 25 idiomas distintos, gestiona diez espectáculos en paralelo que son vistos por 50 millones de personas y está valorada en unos 1.200 millones de dólares-, parece que sí, que se trata de un negocio bueno que contaría con la aprobación del FMI.

    A tenor de las cuentas, la empresa funciona, pero, ¿qué le hace diferente? Desde hace años, es uno de los casos más utilizados por las escuelas de negocios para ejemplificar el éxito empresarial en mercados maduros y ni siquiera la crisis ha diezmado sus balances. Comienza el espectáculo.

    Éste es el segundo punto que lo convierte en negocio bueno: los precios. Se trata de una empresa concebida para ganar dinero y pese a las elevadas tarifas -una media de 100 euros -, el espectáculo cuelga siempre el cartel de completo. "Han sabido reinventar el circo" , explica el profesor de Estrategia de la escuela de negocios Esade, Luis Vives, que se aleja del modelo de low cost o bajo coste. "No vende precio bajo, sino alto valor añadido. Crea valor, una marca cool que le permite orquestar sectores enteros al estilo del gigante Apple".

    Marca innovadora

    Entra aquí el tercer factor, la competencia. Ésta es, en opinión de Vives, otra de las claves de su éxito. Se trata de un show que el espectador no había visto antes y ha creado un nuevo segmento de mercado en el que la competencia se encuentra a gran distancia. Su estrategia es la de "no competir". De hecho, Guy Laliberté no veía rivales porque el destinatario de su negocio es otro muy diferente. Según explican en Esade, se alejan de los niños para buscar verdaderos fans entre los más mayores, que no dudan en desplazarse a otras ciudades, con el gasto que ello conlleva. Todo es poco para contar "yo estuve allí". Algo nunca visto: el circo que es circo, que es teatro, que es música y danza a la vez... que nadie sabe muy bien qué es. "Ha sabido reinventar el circo", subraya Luis Vives.

    Con el qué y el quién, la pregunta ahora es: cómo vamos a ganar dinero y cómo lo vamos a proteger. El profesor de estrategia empresarial adelanta la respuesta. "Generando dinero y reduciendo gastos". Una combinación que se presenta como la ideal, pero que es difícil de conseguir. En el Circo del Sol sí se ha logrado a costa de sustituir estrellas por trabajo en equipo y de abaratar los costes de producción. Aquí no hay ronaldos o messis imprescindibles que encarezcan los contratos, hay deportistas, atletas, bailarines.... sustituibles. "Se quita poder al artista para dárselo al show".

    También la producción se economiza al retirar los animales, no tanto por principios éticos, sino por lo costoso de su traslado y mantenimiento, o las tres pistas con actuaciones simultáneas que los espectadores son incapaces de aprovechar. "Se eliminan así elementos del circo tradicional que no aportan valor".

    Pero junto al plan de austeridad se ha puesto en marcha la maquinaria para generar dinero a través del merchandising con dvds que permitan volver a disfrutar del espectáculo en casa o el patrocinio de grandes marcas que quieren asociar su nombre al circo más famoso del mundo. Y son muchos. "Se ha convertido en una marca al que todos quieren estar ligados", coinciden los expertos.

    Crisis, ¿qué crisis?

    La crisis ha hecho más fuerte al Circo del Sol porque su modelo, con un hilo argumental que da conexión a toda la obra, recuerda más a los teatros de Broadway que a artistas callejeros. En esta magia entra también el papel que juega la carpa, ahora convertida en un factor clave. "Se dieron cuenta de que es una parte importante, se cuida la estética, la comodidad del espectador". Desde los castings a la seguridad pasando por las localizaciones.... el Circo del Sol nace en el departamento de Recursos Humanos.

    Y como buen negocio, no descuida factores adicionales como la internacionalización -es representable en cualquier país-o la economía de escala -combina espectáculos permanentes con itinerantes, con estrategia en la gestión de compras-. Además, pese a lo que ocurre con otros negocios, el ideador de este imperio mantiene su independencia económica. Así, Laliberté es accionista único y siempre ha manifestado que no quiere que entren socios para mantener la cultura de empresa y evitar que se interpongan intereses financieros.

    Un dato: sus empleados se saben queridos, se sienten artistas y, cuando se baja el telón, lloran. Eso, reconocen, no se puede copiar, "aunque lo han intentado", insiste Vives, que anima a los empresarios a buscar estrategias para que el sol brille también en sus negocios. Y si no, pasen y vean... ¡Comienza el espectáculo!