Cultura
Los cuadernillos Rubio ya se pueden descargar por la Red
Hace nueve años, Enrique Rubio, gerente de Cuadernos Rubio e hijo del fundador de la escritura que pequeños y grandes han aprendido durante 'toda la vida', pensó "renovarse o morir" y fruto de ello su empresa entró de lleno en las nuevas tecnologías de la información.
Los grandes grupos editoriales copiaban el sistema que inventó su padre con pequeñas modificaciones y por ello, hace un año Cuadernos Rubio inició su asalto a la Red. "Los cuadernillos cuestan entre 0,60 céntimos y algo más de un euro, y si a eso añadíamos los costes de transporte, al usuario no le salía rentable ya que multiplicábamos por cuatro su precio", explica Rubio.
Descarga directa
Por ello apostaron por la descarga directa desde Internet y la aceptación ha sido mayor de lo esperado. Sin dar ningún tipo de publicidad a la web, han conseguido 200 descargas y una media de 7 u 8 diarias. En la página www.rubio.net se pueden encontrar las 70 referencias que actualmente ofrece la empresa y que no suelen encontrarse en su totalidad en las papelerías.
Pero la idea de introducir los cuadernillos en la Red responde también a los numerosos emails que Rubio recibía, "madres emigrantes españolas me preguntaban por los cuadernillos para sus hijos y profesores de zonas menos desarrolladas que enseñan español y que conocen los cuadernos de cuando eran niños, también preguntaban cómo podían recibirlos" explica el gerente.
Peligro de extinción
Cuadernos Rubio se fundó en 1956 y a pesar de los años, todavía hoy en sus oficinas se respira el ambiente de una empresa familiar. Del mismo modo, tradición y nostalgia son los sentimientos que suele producir la mención de esos cuadernillos que, de niños, muchos miraron con rabia porque les quitaba horas de piscina o playa. Sin embargo, su continuidad estuvo durante un tiempo en peligro. "Mi padre decidió en un momento determinado cambiar la portada y los colores y transcurrido un tiempo, la gente me preguntaba por la calle si todavía existían los cuadernillos Rubio", comenta el hijo del fundador.
Por eso, cuando tomó las riendas de la compañía, hace nueve años, decidió recuperar su color verde para la escritura y el amarillo para las matemáticas y colocó su logo, la mano que escribe, en el lugar que siempre ocupó. Los cuadernillos de prescolar con dibujos llamativos de colores continuaron como siempre.
Alzar la marca
"Hemos levantado la marca y la pondré en lo más alto" explica Rubio, mientras comenta que siente que tiene esa deuda con su padre ya fallecido. Confiesa orgulloso, que si se siguen vendiendo cuadernillos es porque el método de su padre no caduca, "se han cambiado colores, dibujos, formas... pero la base es la misma y por eso pervive" afirma.
El salto a Internet supone un valor añadido a su negocio ya que ellos todavía distribuyen físicamente cuadernillos a mayoristas que los reparten a papelerías. Además, con la Red ha dado rienda suelta a otra de las iniciativas que ha puesto en marcha y que le llenan de alegría, la Fundación Cuadernos Rubio que dona desde hace 6 meses cuadernos a países subdesarrollados.
Diez de sus 18 trabajadores se dedican a una línea de ropa para niños que promocionan en la web, en la que se incluye un blog para que los clientes dejen sus quejas y sugerencias a las que siempre están atentos.