Construcción Inmobiliario

El low cost llega a las agencias inmobiliarias con Housell

  • Fija un sistema de tarifas planas sin asegurar la venta de la vivienda
Guillermo Llibre, fundador y consejero delegado de Housell. <i>Foto: eE</i>.

Alba Brualla

Housell es una de las pocas empresas que han nacido para revolucionar el clásico negocio de las agencias inmobiliarias. Liderada por Guillermo Llibre, fundador de otras startup de éxito como Groupalia, la firma ha traído el concepto de low cost y de tarifa plana hasta un mercado que históricamente ha funcionado mediante comisiones.

Con tres tarifas, que ofrecen distintos servicios y van desde los 645 hasta los 1.495 euros, Housell ha logrado captar ya 100 clientes desde que iniciara su actividad en abril de este mismo año.

"La tarifa más contratada es la Plus, de 895 euros, que incluye la publicación premium del anuncio en 85 portales inmobiliarios, asesoría legal y personal, contratos, un reportaje fotográfico de la vivienda y un plan de venta personalizado", explica Llibre, que asegura que su gran reto es convencer a los clientes de que paguen una tarifa plana por seis meses de servicio sin la garantía de venta de la vivienda, una regla que rompe los esquemas dentro de un sector que ha funcionado siempre a éxito. Eso sí, de momento, las cifras respaldan la práctica de la compañía, que vende las viviendas en una media de 28 días.

Las agencias tradicionales, sin embargo, venden mediante comisiones que se suelen mover entre el 3 y el 5% del precio de la transacción. Teniendo en cuenta que la media de las operaciones de Housell se sitúa en los 300.000 euros, "vamos a lograr un ahorro de un millón de euros en total a nuestros clientes", asegura el directivo.

El éxito en la comercialización de esta nueva agencia PropTech radica en parte en que solo aceptan la venta de inmuebles a un precio que se sitúe en un mas/menos 25% sobre la valoración de la viviendas. "La gente tiende a subir el precio, pero a nosotros nos interesa vender el inmueble a pesar de que vamos a cobrar igual si no se logra comercializar", sin embargo, son "esas operaciones cerradas las que generan confianza al cliente", destaca el directivo que es consciente de que " solo el 20% del mercado nos está considerando, el otro 80% ni se lo piensa, y se va directamente a una inmobiliaria".

Aunque en un principio puede parecer que los servicios de este tipo de agencia encajan a la perfección en un perfil de vendedor joven, la empresa se ha llevado ya más de una grata sorpresa. "Nuestro primer cliente fue un señor de 82 años que nos conoció en Facebook y nos contrató para vender una vivienda en Madrid", recuerda Llibre todavía con tono de asombro. De hecho, un 29% de sus usuarios rondan los 70 años, y en estos cuatro meses han detectado que su público objetivo alcanza una media de 60 años de edad representando un 38,71% del total.

"Se está produciendo un efecto de digitalización tardía pero muy intensa entre los mayores en España. Y podríamos decir que en estos casos está provocada por la necesidad o voluntad de vender una vivienda". Además, a los clientes les gusta verse implicados como vendedores de una forma más transparente en todo el proceso y respaldados siempre por un comercial.

"Al final todos nuestros usuarios coinciden en que tienes que ser un poco aventurado para contratar Housell, y es muy curioso, por que todos reconocen que al principio desconfiaban del modelo, pero cuando empezaron a dar los primeros pasos se dieron cuenta de las ventajas que tiene".

Aunque la inmobiliaria online arrancó su negocio en Madrid y continuó por Barcelona, las dos grandes ciudades donde el mercado de la compraventa de viviendas está repuntando con éxito, ya ha ampliado su mercado aterrizando en las principales ciudades de la costa mediterránea como son Valencia, Alicante, Málaga y Murcia, y pronto llegarán a las islas. "Empezamos 15 personas y esperamos cerrar el año con una plantilla de 50 empleados, principalmente de comerciales y reforzando el área de marketing y tecnología", explica.

Objetivos de la firma

Llibre, que cada año intenta invertir en una nueva startup, va de la mano de dos socios. Incubamos la compañía junto a fondo, con el objetivo de que si cumplíamos unos hitos operativos se fuera ampliando la financiación y "creo que lo lograremos". De momento, el directivo prefiere ser discreto con el nombre del fondo, que es el principal socio financiero. "Todavía somos pequeños y tenemos mucho que aprender de las grandes inmobiliarias líderes", pero espero que el próximo mes tengamos nuevas noticias. La inyección inicial para lanzar la compañía fue de un millón de euros y de momento uno de los hitos, que pasaba por alcanzar los 100 usuarios ya se cumplido antes de tiempo.

La siguiente meta es alcanzar las 500 transacciones al cierre de este año, "sigue siendo una cuota irrisoria frente a otras agencias, pero tiene mucho sentido para nosotros. Si alcanzamos esa cifra se inyectarán casi cinco millones de euros para financiar la compañía en los próximos 12 meses".