Construcción Inmobiliario
La crisis provocará una caída del consumo de cemento de hasta el 18% en 2008
Así lo aseguró en un almuerzo informativo el presidente de la Agrupación de Fabricantes de Cemento de España (Oficemen), Jean Martín Saint León, quien subrayó que la mayor parte de la caída del primer semestre se debe al frenazo de la edificación residencial, en tanto que el descenso final previsto para 2008 dependerá del comportamiento de la obra civil.
A un ritmo similar al del consumo cayó la producción de cemento, que en los seis primeros meses del año descendió el 15 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, hasta 23,5 millones de toneladas.
Además de la coyuntura económica, Saint León señaló que la huelga de transportistas de las pasadas semanas ha influido en la obtención de este resultado, como muestra el hecho de que sólo en el mes de junio el consumo de cemento bajó el 33,6 por ciento con respecto al mismo mes del año anterior.
Para contrarrestar el descenso de la demanda en el mercado doméstico, las cementeras han reducido la importación en el primer semestre algo más del 38 por ciento y han aumentado las exportaciones en la misma medida.
Sin embargo, la exportación (que supone menos del 2 por ciento de la producción total) no podrá ser la vía para afrontar la crisis, ya que el cemento español no puede competir en el mercado internacional con el cemento chino, mucho más barato, razón por la que en la actual coyuntura los cementeros aspiran a abastecer la demanda doméstica con la producción doméstica.
El presidente de Oficemen aseguró que están preocupados por el futuro del sector constructor, aunque reconoció que venía de unos niveles de crecimiento "excesivos" que tenían que moderarse, si bien no cree que esta situación provoque la destrucción de empleos en la industria cementera.
A su juicio, la salida de la crisis dependerá no sólo del esfuerzo que hagan las propias empresas del sector, sino del apoyo de las instituciones financieras y del impulso de las administraciones públicas a la obra pública, sobre todo por parte de las administraciones locales, cuya actividad licitadora ha caído alrededor del 30 por ciento en el último año.
Para las compañías cementeras, la principal preocupación en la actual coyuntura es el aumento de los costes, que es su caso son fundamentalmente energéticos.