Las pymes creen que el rescate a la banca restringirá aún más el crédito
Patronales, pymes y autónomos piden mecanismos "eficaces" que reactiven los préstamos , algo que aún no ha ocurrido con las líneas extraordinarias del ICO 2012
El rescate de la banca española, con la aportación europea de hasta 100.000 millones, no ha insuflado optimismo entre las organizaciones empresariales, las pequeñas empresas y los autónomos españoles. Desconfían de que el "rescate a la banca" vaya a traducirse en un "rescate a las empresas". Dudan de que se traduzca en una ayuda real a las compañías y que vaya a tener una traslación directa para que fluya el crédito en España. Y es que todos insisten en que lo que primero necesitan las empresas, para aguantar y no cerrar, es crédito para operaciones de circulante. En una segunda fase es necesaria financiación para inversiones que les permitan crecer y generar empleo. Las grandes organizaciones patronales estatales, como la CEOE o Cepyme, ya manifestaron tras el rescate que a pesar de ser una medida positiva para la economía española, esto no va a producir el "milagro" de que el crédito vuelva en condiciones similares a las de los años previos a la crisis. Como máximo habrá una "ligerísima mejoría".
Cataluña pide estímulos
El presidente de la patronal catalana de la micro, pequeña y mediana empresa (Pimec), Josep González, tiene muy claro que los fondos del rescate no llegarán en forma de créditos a la economía real. "Los bancos que están sanos y que no utilicen estas ayudas, no cambiarán su actual política restrictiva de concesión de créditos" y las entidades que sí que utilizarán los recursos lo harán para "recapitalizarse" y sanear su "estructura de pasivo".
Otra perspectiva que preocupa a Josep González son las condiciones que imponga la Unión Europea para las entidades que hay que sanear, porque puede conllevar la desaparición de parte de las mismas, por lo que el número de bancos con los que negociar nuevos préstamos se reducirá "y también lo hará la oferta de crédito".
Desde otra patronal catalana, Cecot de Terrassa (Barcelona), su presidente, Antoni Abad, percibe la inyección de los 100.000 millones a la banca española como "una buena noticia", pero "no es suficiente para que vuelva el crédito".
Abad apela directamente al Gobierno central para que, sin abandonar el equilibrio presupuestario, "estimule la demanda". En esta línea, aboga por no aplicar recortes en "los estímulos a la innovación a la internacionalización y a las políticas activas de ocupación" que precisamente "están padeciendo recortes muy importantes".
Galicia demanda garantías
El presidente de la Federación de Autónomos de Galicia, Francisco Javier Pérez Bello, está de acuerdo con el rescate a la banca "siempre y cuando" se establezcan todas las "garantías" precisas para que, esta vez sí, ese dinero llegue a autónomos, empresas y familias.
Aunque es escéptico apunta que si la línea de crédito europea finalmente llegase a provocar que el crédito fluya se convertiría en una medida tan importante para las empresas como lo han sido el programa de pago de facturas pendientes a proveedores y la reforma laboral. Si llegara a ser así está convencido de que ayudará al crecimiento y el aumento del empleo, y por ende, el aumento de los ingresos del Estado por la vía fiscal y cotizaciones a la Seguridad Social.
Por tanto, ante el panorama actual, Pérez Bello recalca que la primera necesidad de las empresas es "aguantar", para lo que necesitan mecanismos que les permitan renegociar créditos y financiar circulante. Una vez superado eso, se podría pensar en financiar nuevas inversiones.
Aragón, ojo con los impuestos
El presidente de la Confederación de Empresarios de Aragón(CREA), Jesús Morte, estima que la inyección de fondos comunitarios, además del alivio directo para la banca, supone "el compromiso de la UE" con España, lo que puede ayudar a recuperar la confianza en la economía española.
Igual de escéptico se muestra ante la perspectiva de que a corto plazo esto ayude a reactivar el crédito, pero si podría ser a medio plazo "y debemos estar vigilantes para que sea así". Recalca que "la reforma del sector financiero que necesitamos es la que haga llegar el crédito a empresas y ciudadanos. Esperemos que esta sea la definitiva". Ala espera de conocer las condiciones que establezca Bruselas, advierte de los "efectos perniciosos" que tendrían subidas fiscales en "la actividad económica y el trabajo". Insiste en que la reducción del déficit debe ir por la vía "del gasto no productivo".
El director general de la Cámara de Zaragoza, José Miguel Sánchez, estima que 100.000 millones parece una cantidad adecuada para cubrir las necesidades de la banca, pero, al mismo tiempo, limitará el margen de maniobra de España para establecer su propia política económica. A su juicio sería un "despropósito" que este saneamiento bancario repercutiese sobre el conjunto de la sociedad. "Si las empresas deben pagar más dinero por impuestos se frena el gasto con el objetivo de reducir costes para su propia supervivencia y la consecuencia es el recorte del empleo", señala.
Desde la Asociación de Autónomos de Aragón (UTPA), su secretario general, Álvaro Bajén, es bastante pesimista, ya que tiene claro que los fondos europeos "no serán para dar crédito a los autónomos" y se muestra receloso por las contraprestaciones que exija Bruselas.
Y es que según Bajén, la situación de las pymes y de los autónomos sería muy distinta si esos "100.000 millones se destinasen a las empresas y a los autónomos" porque para favorecer el crecimiento y el desarrollo del país "es necesario hacer inversiones".
Según Álvaro Bajén, en la actualidad, hay que destinar crédito en varios niveles. Uno de ellos es para la realización de una "gran campaña para el autoempleo juvenil para que los jóvenes puedan optar por el autoempleo", además de destinar crédito para inversiones y circulante en el caso de los autónomos que están ya en activo porque "no pueden hacer un concurso de acreedores y llevan arrastrando las deudas durante toda la crisis".
Valencia, por la economía real
Para el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana(CEV) y presidente de la Confederación valenciana de PYMES (Cepymev), Salvador Navarro, el rescate es positivo porque "contribuye a resolver el actual colapso de nuestro sistema financiero", pero no por ello se resolverá el problema del crédito a corto plazo, aunque si lo espera a medio. Navarro opina que "una vez recuperado el equilibrio y la estabilidad financiera, la economía real debe recuperar su espacio como protagonista" y tiene muy claro que "la economía financiera debe estar al servicio de la economía real".
Joan Manuel Mesado, responsable en la Comunidad Valenciana de la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (Uatae), afirma que "lo que preocupa a los autónomos es las contraprestaciones que tendrá el rescate, que va a haberlas seguro, y nos preocupa especialmente una posible subida del IVA, porque supondría un retraimiento del consumo".
El representante de autónomos valencianos tiene "serias dudas" de que el rescate sirva para que fluya el crédito, porque "los bancos van a estar preocupados por sanearse", y relata cómo varios directores de banco le han transmitido que no hay ningún cambio de criterio en sus entidades en cuanto al otorgamiento de crédito.
Álvaro Simón, presidente de la Asociación nacional de Centros de Empresas e Innovación (Ances) y director general de la incubadora empresarial malagueña BIC Euronova, está conforme con el rescate bancario, pero "siempre que se haga con transparencia". Indica que debe conocerse qué entidades, en qué cantidades y cuánto le va a costar al contribuyente.
Una vez saneada la banca, no tiene dudas de que a "medio plazo el crédito se reactivará, sin lugar a dudas, porque ese es el negocio de la banca" y cuando eso ocurra "se creará empleo, ya que las empresas podrán crecer con financiación externa e interna equilibrada".
Simón considera que para reactivar el crédito a corto plazo el Gobierno debiera utilizar la vía de instrumentos como el ICO, Ances o Enisa.
La patronal vasca
El presidente de la patronal vasca Confebask, Miguel Ángel Lujua, tiene muy claro que "el primer problema de las empresas es el crédito, el segundo el crédito y el tercero el crédito". Lujua cree que es "bueno" el rescate a la banca española, pero estima que "hay incertidumbres" en este proceso, como cuáles serán los tipos de interés que se aplicará a la línea de crédito comunitaria o los gastos de amortización y carencia de la misma.
En lo que Lujua no tiene dudas es en que de esa inyección de fondos "lamentablemente, poco va a ir a la economía real". Expresó su temor sobre que se pidan mayores provisiones a la banca y balances aún más sólidos, lo que repercutiría, de nuevo, negativamente sobre el crédito a la economía real.
Mucho más crítico y pesimista se muestra Koldo Méndez, secretario general de la asociación vasca de autónomos UPTA en Euskadi. Manifiesta su "desconfianza absoluta hacia la banca, que ha provocado la crisis y de los que se benefician de ello a costa del esfuerzo de la inmensa mayoría de la sociedad". Destaca que todavía "no conocemos la letra pequeña" del rescate y recuerda que "el que presta el dinero es siempre el que pone las condiciones para garantizar que se devuelva". Para Méndez desde que se desencadenó la crisis económica ha quedado demostrada la "tiranía de Bruselas, que no tiene miramientos y ataca todas las conquistas sociales, incluidas las de los autónomos".
Arturo Fernández, presidente de CEIM y de la Cámara de Comercio de Madrid, confía en el rescate y aclara que "tanto desde Bruselas como desde el Gobierno español han afirmado que los condicionantes de estos fondos son de carácter financiero. En cualquier caso, una nueva subida de impuestos repercutirá negativamente en las empresas".
Asegura que la necesidad más urgente de las empresas es la de financiar el circulante, algo en lo que coincide con Sebastián Reyna, secretario general de UPTA. "El Gobierno debe plantearse ya abrir una línea expansiva de crédito a las pymes de unos 20.000 millones de euros", dice.
En cuanto al rescate, prefiere valorar en cuanto haya resultados. "Si esta medida produce crédito muy bien, porque desde 2009 se han ido perdiendo un millón de pólizas de crédito", añade.
Meses antes del rescate, en marzo, tras un Consejo de Ministros, la portavoz del Gobierno,Soraya Sáenz de SantaMaría, anunció una aportación extraordinaria de crédito para empresas y autónomos a través del ICO (Instituto de Crédito Oficial) que llegaría hasta los 22.000 millones. Entre las novedades de esta medida estaba la potenciación para autónomos, la financiación del circulante y la tramitación a través de las entidades financieras para agilizar los procesos.
Sin embargo, tres meses después, esta iniciativa no parece haber logrado los resultados esperados por las organizaciones empresariales y los propios autónomos.
Las líneas ICO no funcionan
El director del área de financiación de la patronal catalana de PYMES (Pimec), Frank de la Torre, asegura que "en estos momentos los recursos del ICO no están llegando a las pequeñas y medianas empresas". De la Torre asegura que la decisión del Gobierno de eliminar la línea ICO Directo, para financiar el circulante, "ha supuesto, de hecho, la paralización de la financiación pública" y un problema añadido a la escasez de crédito que existe en el mercado.
El Gobierno paralizó la línea ICO Directo, en que el ICO era el que otorgaba los créditos, sin pasar por la banca, disparó el índice de morosidad, ya que la administración no disponía de los comités de evaluación de riesgos que tienen las entidades financieras. Por ello, el Gobierno del PP decidió regresar al sistema anterior, en el que son las entidades financieras las que otorgan los créditos y evalúan los riesgos y las garantías.
Además, la nueva línea, denominada ICO SGR, supone que el dinero se vehicula a través de las diferentes Sociedades de Garantía Recíproca que existen en España. "El sistema se ha convertido en un laberinto administrativo para las pymes", explica De la Torre, "y no funciona". El directivo denuncia que "la gran mayoría de las entidades financieras aún no disponen del software para tramitarlos" y que "a las empresas se les exige presentar balances digitalizados, ya que es un herramienta informática quién realiza las evaluaciones, y muchas pymes no son capaces de presentarlo".
En cualquier caso, De la Torre reconoce que la escasez de crédito no es sólo culpa de la banca, sino que "es cierto que a los comités de riesgo no llegan demandas de crédito de pymes, porque aquí en España hacemos mal los planes de negocio, es un punto en que los empresarios deben mejorar muchísimo".
Francisco Javier Pérez Bello, presidente de la Federación de Autónomos de Galicia, dice que el "grifo" de crédito sigue cerrado. Denuncia que al solicitar una operación financiera, los autónomos se enredan en una maraña de gestiones que parecen no terminar nunca, para al final ver rechazado su proyecto. A su juicio es indiferente quien lo tramite, el banco o el ICO, pues la decisión última depende siempre de la entidad financiera, que es quien evalúa el riesgo y, generalmente, deniega la operación.
Muy distinta es la perspectiva de José Miguel Sánchez, director general de la Cámara de Zaragoza, que señala que el número de peticiones solicitadas y resueltas por el ICO en el primer trimestre supera el 76 por ciento.
Según el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Salvador Navarro, el nuevo sistema del ICO les va bien a los bancos, pero no tan bien a las pymes. Las entidades se acogen a una línea con ventajas y garantías, ventajas que después "no trasladan ni a los tipos de interés ni a las garantías que exigen a las empresas y autónomos".
Información elaborada por: Ruth Lodeiro, Eva Sereno, Jordi Sacristán, Javier Alfonso, Rafa Daniel, Carlos Piza, Ángeles Caballero y Carmen Larrakoetxea.