El lugar de vacaciones es indiferente para determinar la jurisdicción del divorcio

La condición de expatriados laborales de los cónyuges (de diferente nacionalidad comunitaria) en un tercer Estado no es un elemento importante para determinar la residencia habitual respecto de ninguno de los dos aspectos mencionados (divorcio y alimentos).

Así, lo determina el Abogado General Maciej Szpunar, en sus conclusiones de 24 de febrero de 2022, que explica que solo hay una residencia habitual, que se encuentra donde esté el centro de vida o de intereses permanente de la persona a los efectos de determinar la jurisdicción para establecer un divorcio entre residentes en un país tercero, sin que cuente el hecho de que la madre de la familia sea una expatriada laboral, resida en España durante sus vacaciones o para dar a luz a sus hijos

Criterios rechazables

La residencia habitual de los hijos también se basa en el centro de vida, pero en ningún caso criterios como su lugar de nacimiento, su nacionalidad o la de la madre o que esta residiera en un Estado miembro antes de contraer matrimonio.

En cuanto a la demanda de divorcio, la madre no puede emplear la cláusula residual (según la cual la competencia se determina conforme a las leyes del Estado miembro en el que se encuentre el órgano jurisdiccional requerido cuando no puede determinarse por los criterios del Reglamento), de modo que no puede presentar dicha demanda en España, pero sí (y solo en Portugal, país de la nacionalidad del padre como demandado.

Y, corresponde al tribunal donde la madre plantea la cuestión de jurisdicción comprobar, sobre información y datos objetivos, si es cierto que hay dificultades sobre el acceso efectivo de las mujeres a los tribunales o de prácticas discriminatorias contra ellas en el país tercero en que residen.

De ser así, podría considerar que hay riesgo de denegación de justicia y que puede invocarse el Estado de necesidad para evitar que la demanda allí.