La película sobre la banca de Spacey plantea si somos codiciosos
Spacey, que interpreta a Sam, un operador jefe que lleva muchos años en el negocio, brega con el conocimiento de que sus acciones dañarán la reputación del banco y conllevará el despido de varias personas, pero él, como otros miembros del reparto que incluye a Demi Moore, se siente obligado a cumplir las órdenes de quienes pagan.
Chandor dijo que la película, que se estrena en el Festival de Cine de Berlín el viernes donde compite en la sección oficial, pretende humanizar el mundo de los bancos con sus grandes primas y mostrar cómo la codicia fue más allá del mundo de las finanzas.
"Para mí el guión no trata de la codicia excesiva de una parte individual, sino la codicia a una escala muy pequeña de toda la población, sin duda en Estados Unidos", dijo a periodistas tras el pase de la película.
Spacey dijo que agradeció la oportunidad de explorar lo que sintió la gente que estuvo en el centro del 'crash' financiero en 2008.
"Hubo un periodo de tiempo cuando no podías coger un periódico y no leer que cada banquero era la persona más horrible y codiciosa que había pisado la faz de la tierra", dijo el actor ganador de un Oscar en rueda de prensa.
"La verdad es que (...), en muchos casos, hay personas normales que tienen trabajos normales que no están ganando mucho dinero y que tienen que acatar órdenes, y ese es el quid de la moralidad de la obra y por qué la encontré tan fascinante".
MASIVOS DESPIDOS Y HUMOR NEGRO
Ambientada en un periodo de 24 horas, Margin Call arranca con una serie de despidos masivos que son comunicados casi con una brutalidad cómica.
Quien se va y quien se queda parece arbitrario, mientras se cancelan cuentas de teléfono casi al minuto de despedir a una persona, y los recién desempleados son expulsados del edificio con las cajas de cartón con sus efectos personales.
Un joven analista, interpretado por Zachary Quinto, recibe un archivo electrónico de su mentor y pronto descubre que contiene un secreto oscuro del banco: que tiene millones de dólares de activos casi sin valor.
El ganador de un Oscar Jeremy Irons interpreta al despiadado jefe, quien recibe una llamada para que acuda a las lujosas oficinas en Manhattan a medianoche por una urgente reunión de la junta directiva, donde él deberá decidir la mejor manera para salvar el banco de la quiebra.
El actor dijo que pensaba que todo gran negocio carecía de moral, incluida la industria cinematográfica, guiado únicamente por los beneficios.
"El problema de vivir en un mundo que es permanentemente egoísta es que necesitamos una moralidad", indicó Irons.
"Tenemos que preocuparnos por el hecho de que a la gente le están quitando sus casas", agregó.
"Mi papel es el de un hombre sin moral alguna al que sólo le interesa mantener a flote el barco (...) porque ése era su trabajo, pero tenemos que añadir algo más para la mezcla. Pienso que tiene que ser la moralidad", explicó.
Preguntado sobre cuánto ha afectado la crisis económica a la industria del cine, Spacey comentó que había convertido el cine independiente en un reto mayor de lo normal.
"Espero que podamos regresar a los días en los que los principales estudios tenían divisiones para el cine independiente", dijo.
"Ojalá nos destinen parte de las ganancias (de los éxitos en taquillas) y hagamos 10 grandes películas de bajo presupuesto sobre historias que (...) necesitan ser contadas", sentenció.
Para Chandor, Margin Call es mitad thriller mitad drama, porque los bancos de inversión han tenido éxito en el reclutamiento de muchos de los jóvenes más brillantes de todo el mundo.
"Son sólo personas que tú estás viendo (...) que se dan cuenta de que han echando a perder una parte o gran parte de sus vidas y, lo que es más importante, de su tiempo", recalcó.